Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


lunes, 18 de noviembre de 2013

No hay Navidad sin Belén


¿No querías caldo? Pues toma dos tazas. Todos recordaremos este año 2013, no le quepa duda. Sus fiestas navideñas se caracterizarán por tener dos belenes: ése llamado “Nacimiento” por los más tradicionales, con su portal, sus pastorcillos y su pesebre; y otro de carne y hueso con cien costurones ocultos por la cirugía estética, un belén llamado Belén Esteban, que se nos ha metido a escritora (o similar).
La pobre, todo sea dicho, tiene la culpa justa de que en breve (si no es ya) se vaya a publicar el libro de sus memorias, unas 325 páginas que ha escrito para espolvorear sobre las mentes simples de este país su experiencia vital. Si es que a España le va como le va porque de casta le viene al galgo. La verdad, a esta mujer sólo le puedo echar en cara tener memoria y ganas de relatarla. Al fin y al cabo, ella es una víctima de sus circunstancias, y de Tele-5, y de cuatro hijos de puta sin escrúpulos que la manejan a su antojo, de ese otro histriónico imbécil llamado Jorge Javier, quizá de alguna droga, pero sobre todo es una mártir de las ganas de cotilleo, ensalzamiento y lapidación que tenemos en este país, que nos da lo mismo ocho que ochenta mientras se le puedan airear sus vergüenzas.

"Ambiciones y reflexiones". Con el título ya se han lucido, por las segundas intenciones y la ironía.
Yo no tengo nada contra alguien que tiene el entendimiento justo para pasar el día. No se le puede achacar que haya zorros y zorras que la deslumbren con jaulas de oro y polvos para desatascar la sinusitis. A los que habría que juzgar y condenar con severidad, sin  miramientos, son a los artífices que han tenido la genial idea de escribir y publicar el libro, un texto que sólo servirá para sumar un ejemplar más en el ISBN y realizar algún estudio peregrino en las facultades de Psicología, Psiquiatría y Farmacia. El resto de las ediciones debería ir a calzar mesas cojas. Así que, desde aquí, me gustaría condenar y poner a bajar de un burro a Espasa, editorial antaño paradigma de la buena literatura que ahora sólo publica mierda envasada procedente de personajes públicos del mundo del espectáculo, de la radio y la televisión, todo con una más que dudosa calidad literaria. Ni rastro de novela, teatro, poesía o ensayo. Bravo por ella, por saber caminar sin darse la hostia hacia atrás y sin mirar, y por condenar a las personas de este país a seguir consumiendo mierda.
Y también merece que se lo haga mirar un tipo como Boris Izaguirre, alguien cuya labor televisiva de showman no voy comentar porque cada línea que escribo de este artículo me hago peor sangre (y creo que ya vale), pero sí se merece un buen pescozón como novelista y/o autor, porque prestarse a hacer de negro no tiene reproche, que cada uno se busca las habichuelas donde quiere, pero él lo ha hecho sabiendo que eso va a desencadenar una tormenta que hundirá aún más a su protagonista, porque el venezolano no tiene un pelo de tonto, al contrario, y sabe como yo que un ofrecimiento así es como para pensárselo, que es poner el pie en el cuello de alguien que se está ahogando, que quizá sea lo último que le expriman, y de ahí ya sólo quedarán despojos y basura.
En fin: espero que las memorias de Belén Esteban no sean el libro más vendido estas Navidades porque la señora nos habrá montado otro Belén y los escritores de pro (o los que lo intentamos) comenzaremos a preparar los cuchillos para hacernos el hara-kiri.



miércoles, 13 de noviembre de 2013

Onanismo social


Pues no va el otro día un tuercebotas y me dice que lo único que hago es darle caña a la derecha desde este blog. Me callé mi opinión por no mandarle a tomar pomada y a comprarse unas gafas, porque gracias a Dios, al diablo (o a otro tipo de ente supraespiritual), este blog se llama “Lo que se me pinta” porque justamente escribo cuando, como, a favor o en contra de quien se me da la gana. Y en mi caso, me importa un carajo el tinte político, social, religioso e incluso futbolístico de cada uno.
Afirmaciones tan livianas y banales como la de este gilitonto me hacen recordar otra que se me pegó a la neurona hace más de 35 años: “Lo que pasa es que hay gente que no quiere comprender”. Esta frase (o una muy parecida porque la escribo de memoria) era la última que soltaba un jovencísimo Paul Newman antes de que un policía le volara la cabeza en “La leyenda del indomable”. Aquí la gente se dedica a tocar los webos a sus semejantes simplemente por darse el placer de chincharles y ya de paso, si hay suerte, les desaniman y les  crean algo de desprestigio, pues tanto mejor. Porque es ésta una suerte de onanismo que no cansa, no hace sudar y no necesita de aparatos tecnológicos, ni siquiera de imaginación: tú te plantas delante de cualquiera y le dices que lo que haces es una mierda, o lo descalificas, o simplemente te ríes de él. No hace falta tener un motivo. Es el joder por joder, que como no tienen otra cosa que hacer y además son unos ineptos, se dedican a aplastar a aquellos que tienen alguna ilusión en la vida, o tienen imaginación, o una inquietud, no sé, algo que les impulsa a salirse un poquito del redil. Pero estos, que además son mayoría, son como el perro del hortelano, sólo que además tratan de morder. Pues conmigo la dentellada se la dan al aire.


No se crea, estimado lector, que esto únicamente nos pasa a los que de una u otra forma somos unos desaprensivos y nos da por airear nuestras opiniones a través de un blog o de una novela; que esto puede sucederle a usted mismo, que estos imbéciles extienden sus dominios a todos lados, habitan en todos los climas y además adoptan todo tipo de formas. Son gente que no tiene otra cosa en la que ocupar su tiempo y se dedica a tocar las narices, como ese de compañero de la oficina que sólo vive para que tú no hagas nada que pueda dejar su ineptitud y vagancia en evidencia, o ese vecino que se dedica a reírse de tu jardín que con tanto esmero cuidas cuando el suyo es un patatal, o ese cuñado que no sabe hacer la o con un canuto pero se mete con las que haces tú porque no son exactamente redondas, o el espectador que abuchea lo que él jamás podría haber conseguido él ni aun viviendo mil vidas.
Y en España somos muy de eso, de jodernos los unos a los otros desprestigiando lo que tenemos, que ahora resulta (por ejemplo) que Fernando Alonso no es tan bueno, ni Nadal era lo que se pensaba, o que tampoco es tan maravilloso lo que hacen, o que están dopados, o que los demás contrincantes a los que se enfrentaban son de un nivel muy inferior. Esto último da para otro artículo, el de la envidia nacional española que nos tenemos a nosotros mismos, pero hoy me quedo simplemente con las ganas que tiene de joder el personal. Como diría el maestro F. Fernán Gómez, ¡váyase usted a la mierda! ¡A la mierda!, que yo me fumo un puro y tan ricamente.



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Canal NOU: cerrado por defunción

¿Se ha impuesto la cordura en uno de nuestros políticos? Aparentemente sí, cuando el señor Fabra ha decidido casi de golpe y porrazo, sin amagos o advertencias, que cerraba Canal Nou y se desprendía de un lastre de más de 40 millones al año en algo de dudosa utilidad y que no generaba más que deuda sin obtener un céntimo de beneficio.
Como periodista que soy, me duele el cierre de cualquier medio de comunicación sea por corporativismo solidario con mis compañeros de armas, sea porque un medio de comunicación es un servicio público u ofrece un entretenimiento a los ciudadanos que la pagamos. Por eso tengo el duelo lisiado, indeciso, porque quiero creer que es un sacrificio necesario donde unos pocos pagan la macarrada de un par de ineptos en beneficio de muchos. Pero tampoco puedo aplaudir demasiado fuerte la decisión de Fabra. ¿Por qué no se cargó la televisión autonómica cuando impulsó un ERE que sabía condenado al fracaso? Tenía que haberlo hecho antes, cuando Canal Nou tenía una plantilla de más de 1.500 trabajadores que prestaban sus servicios en dos canales autonómicos (manda webos; ¡dos!, que además de NOU estaba el “Canal Nou 24 horas”), máxime cuando hay televisiones privadas a nivel nacional que soportan ellas solitas más del triple de emisoras (dígase, por ejemplo, el Grupo Antena 3, que tiene la cadena del mismo nombre, más Neox, Nitro, Nova, La sexta, Xplora… ), y lo hace con una tercera parte de trabajadores, y encima da unos beneficios del copón de la vela.

Lo siento por los compañeros periodistas, pero esta cadena, al igual que otras autonómicas, no era un servicio público; sólo daba servicio a unos pocos en beneficio de muchos menos.


Si Fabra ha sentenciado a muerte a Canal NOU ordenando su cierre por defunción, no ha sido por esas declaraciones populistas asegurando condenar la televisión en pro de repartir el dinero entre hospitales y colegios, que eso está muy requetebién. Lo que no nos ha dicho es que, con una cuota de audiencia del 4%, que es la que teneí9a desde hacía ya amucho tiempo la cadena pública, Canal Nou ya le no servía a sus propósitos partidistas, porque esa televisión, como todas las autonómicas, estaba politizada, tanto como Telemadrid, Canal Sur o TV3. La emisora ya no era el altavoz del PP valenciano que tanto necesitaban y querían, ya no llegaba a las masas lo magnánimo y glorioso de las decisiones de la caterva de políticos que aún comen, beben y duermen a pierna suelta a costa de los valencianos de a pie.
Por lo tanto, choco las palmas de mis manos por ese cierre (y que aprendan otros), pero por mi parte, se queda sólo con medio aplauso.