Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


martes, 28 de marzo de 2017

España es muy insolidaria

En España, nos vanagloriamos dentro (y nos felicitan fuera) de ser un país tremendamente solidario con todo aquel que necesita nuestra ayuda. Y no es cierto. Ni mucho menos. Lo que ocurre es que nos encanta hacerlo de cara a la galería. Somos como esos adolescentes que van a casa de los amigos y allí se ocupan de poner y quitar la mesa, hacer la cama si se han quedado a dormir, ayudar a colocar la compra en la despensa si coincide que la madre del amigo llega con ella a la cocina, a fregar, a barrer…, a lo que sea con tal de quedar bien, pero luego en su propia casa no hace ni el webo. Sé por mis tías que mi padre lo hacía en casa de sus amigos, que yo lo hacía en casa de los míos, y mucho me temo que mis hijas lo estarán haciendo en las de las suyas. Debe ir con el ADN de los españoles, aunque también aviso que cada vez menos, mucho menos.
Toda esta comedia de solidarios insolidarios me viene a la cabeza a raíz del conflicto surgido en ese reino de Taifas donde los estibadores de los puertos campan a sus anchas. Al igual que hicieron en su día los controladores aéreos, estas personas se aprovechan de una labor fundamental en la economía del país para hacer de su capa un sallo y de su cuenta corriente una mina de oro. Manejar una simple grúa y jugar al tetris les supones, al que menos, 60.000 € al año, siempre y cuando sea cuñado de otro estibador y entre por enchufe, con un periodo de prueba de 6 meses y a partir de ahí curro de por vida. Como los controladores, crean su club privado y ahí no entra ni dios, ni para trabajar, organizar, consensuar… Ni dios, digo.

Prohibida la entrada a cualquier persona ajena a la familia, los amigos o los enchufes. Imprescindible falta de decoro e insolidaridad palpitante. 

Hasta que a Bruselas se le ha llenado el gorro de sopas y se ha plantado. Y los estibadores, como en su día los controladores, te montan el pollo porque su privilegios (que son insultantes para el resto de la población) están en entredicho. Digo insultantes pero también se me ocurre vejatorios, humillantes o despectivos. Que un operario gane más que un médico (por ejemplo) o que, ¡joder!, que triplique el sueldo medio de este país, es para pararnos todos a reflexionar (porque ellos no lo van a hacer). De todas formas, estamos en el mercado de la oferta y la demanda, y si alguien paga tamaña cantidad porque le manejen una grúa, pues sea. Yo ya no me refiero al sueldo, sino al hermetismo de este colectivo insolidario a que cualquiera pueda conseguir un puesto como estibador. Coto privado, señor mío.
Y aquí es donde apelo a la insolidaridad de este país. Y no lo digo tan solo por los estibadores, que son capaces de parar un país para defender el seguir viviendo como reyes (como los controladores), sino que cualquiera de nosotros, cualquiera, seríamos idénticamente indecorosos, egoístas, rastreros y deleznables si alguien tratara de quitarnos un privilegio, cualquiera, por pequeño que sea. Somos muy solidarios con los de fuera, negritos, asiáticos, moritos, refugiados…, pero somos tremendamente insolidarios con nuestro país, capaces de enrocarnos en privilegios injustos mientras aquí hay cuatro millones y pico de personas que las están pasando putas.
Que digo yo que, si hay para repartir un poco, que se reparta, que es una forma de abrir las puertas de ese guetto de lujo y acomodar el sueldo a la realidad para crear alguna que otra docena (o docenas) de puestos de trabajo, y no solo con controladores y estibadores, sino con otros muchos cotos privados donde los asociados se enroscan como serpientes y muerden para defender su insolidaridad del resto del país. Eso sí, hay que acoger aquí a todo dios si viene de fuera… pero con el dinero y el esfuerzo de otros. Que a mí no me lo toquen. Manda webos.


lunes, 13 de marzo de 2017

El aburrimiento de Unidos Podemos

Cuando el diablo se aburre, con el rabo mata moscas. Eso es lo que le pasa a Unidos Podemos, que cuando no tienen la atención que reclaman de la opinión pública, se inventa lo que sea para hacerse notar. Lo último ha sido presentar una proposición no de Ley en el Congreso de los Diputados en la que exigen que se erradique cualquier manifestación católica del ámbito público, incluida la misa de los domingos que TVE emite. No tengo acceso al texto de la proposición de ley pero me llama la atención el término “católica”. Me hubiera parecido bien, coherente y sujeta casi a Derecho que hubieran pedido el cese de emisiones de cualquier manifestación religiosa. Incluso la hubiera apoyado. Pero si han puesto explícitamente “católica”, son ganas de sembrar cizaña donde no la había.
Quizá Unidos Podemos ignoran que TVE también emite programas de otras confesiones religiosas, entre otras, me consta la judía y la musulmana. ¿Por qué no piden que tampoco se emitan estos programas? Cierto es que no se dan por televisión las ceremonias de estas dos religiones y de la misa sí se hace, pero creo que es buscarle cinco pies al gato, darle vueltas a las cosas por el simple placer de enfrentar a la gente. Tamara Falcó ha salido en defensa de la misa y le ha caído la del pulpo por ejercer su libertad de expresión. Es lo que le ocurre a los extremos, sean de derechas o izquierdas, rojos o azules, que defienden la libertad de expresión siempre y cuando no vaya contra sus cánones, sus credos, sus formas de vida o, lo peor, contra su programa político.

Me da a mí que los cristianitos españoles no van a conseguir nada hasta que sean una minoría perseguida. Entonces, como cualquier otra minoría, gozarán de los favores de estos partidos. O a lo peor, ni por esas.
Estamos en un país en el cada uno cree en lo que le da la gana. Algunos no creen en nada, y algunos respetamos en lo que crea cada uno. Pero estos tipos que siempre se erigen en paradigma de respeto, de demócratas y de mentes preclaras (repito, cualquier extremo, aunque esta vez le haya tocado a la izquierda), son capaces de prohibir el catolicismo y continuar permitiendo que se emitan programas sobre la religión judía o musulmana. Pues en una democracia, en este sentido, funciona el café para todos, es decir, que tienen presencia todas las religiones o no la tiene ninguna. ¿O es que los señores de Unidos Podemos tienen los webos suficientes como para declarar públicamente que no quieren al Islam en la TVE pública? Pues no, ya le digo yo que no los hay. Tampoco hay cerebro para respetar la cultura y las costumbres de un país. Eso sí, en manipulación sobre masas hay que darles un sobresaliente, que para eso son unos verdaderos hachas.

Señores de Unidos Podemos: si se aburren y además ven que no terminan de pegar un subidón en votos como para poder gobernar, invéntense cosas más inteligentes, que no perjudiquen a nadie y, sobre todo, que no enfrenten a la gente, que son ganas de sembrar discordia en asuntos donde, hasta hoy, no la había.


miércoles, 1 de marzo de 2017

Compromiso frente a huevos.


Y yo que quería al menos aportar un par de artículos al mes en este blog, y ya he pinchado en febrero. Pronto comienzo a fallar en mis propósitos. Así que, para no cejar en mi empeño, me propongo hacer tres a lo largo de marzo y así recuperar mi media de dos al mes, veinticuatro al año. Espero conseguirlo.
Y no será por temas para comentar, que últimamente la actualidad nos oferta juicios por casos de corrupción para todos los gustos y colores. Hablar de comisiones empieza a ser burdo. Pero derivado hay cosas más jugosas como, por ejemplo, apreciar la manera en la se les empiezan a ver las costuras a algunos políticos, sobre todo a aquellos que están relacionados con ciertos pactos de investidura que, desde mi punto de vista, no van a durar demasiado. Aquí vamos a comprobar, por un lado, si Rajoy iba en serio o fue un brindis al sol (apuesto por lo segundo), y por otro lado si Ciudadanos, como ha alardeado siempre, tiene la parte genital bien grande y acomodada en su sitio para denunciar el acuerdo y romper con todo tipo de apoyos, o hace mutis por el foro, se inventa una excusa relativamente válida y, hablando de acomodar, se va acomodando en las sillas del poder (igualmente, también me inclino por lo segundo).
En definitiva, hagan lo que hagan, quien se está jugando el futuro de su partido es Albert Rivera. Si el PP no hace dimitir al presidente de Murcia y Ciudadanos no rompe el pacto, el catalán va a perder votos a mansalva. La gente que confió en su partido lo hizo porque quería nuevas ideas y más compromiso. Si a la primera de cambio se deja seducir o acomplejar, mal van. Por el contrario, al PP le beneficiaría que no se rompiera el pacto, primero para seguir gobernando sin sobresaltos, y después para demostrar que es un partido fuerte que puede con todo.

Dicen que las palabras se las lleva el viento. En España las escribes y se las llevan por delante los hombres.

Sea como fuere, aquí los que realmente están perdiendo protagonismo en este momento son PSOE y Podemos. El primero porque, hasta que no se pongan de acuerdo y se unan como una sola idea, no dejarán de dar el espectáculo por el lado que no deben. Y los otros porque nadie cuenta con ellos, no les invitan a nada y les obvian cada vez que pueden. Además, una vez resuelta la papeleta de las dos corrientes, Pablo Iglesias no cesa de darnos clases de democracia, esa idea que únicamente pervive en él, emana de él, la esencia está solo en él, vamos, que los antiguos griegos a su lado no tenían ni puta idea de lo que era la democracia (imagínese el lector el resto de los mortales). Este profesor universitario, que devalúa sin duda al colectivo, da clases de democracia a todo el universo interestelar de la galaxia excepto cuando toca aplicarla en su partido. Entonces él ostenta todo el poder, y se lo otorgará a las masas cuando le salga del bolo. Si repasamos la Historia, personajes “peculiares” como este botarate han pasado a los libros no precisamente como ejemplo de cosas admirables.

En fin, que espero que marzo nos vaya dando un poco de cuartelillo con otros temas más interesantes de los que opinar. Me queda pendiente Trump, pero me tiene tan despistado que, de verdad, no sé todavía por dónde meterle mano. Aunque no desespero. Llegará el día.