Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


miércoles, 12 de enero de 2022

Terapia para 2022

No sé si a ustedes les ocurre lo mismo, pero yo he comenzado este 2022 con pereza, mucha pereza. Las noticias ya no alarman. Aburren. Yo creo que es por falta de imaginación en la Humanidad en general, en los políticos de esta Era allá donde quiera que manden, que no hacen el webo enfocado a algo práctico, solo para el mundo de las ideas, de sus ideas; en los medios de comunicación, que se rinden pleitesía a sus dueños y se dedican a machacar a su público siempre sobre lo mismo; en nosotros mismos, que tampoco le echamos ganas ya a casi nada.

Lo dicho: salgo lastrado a recorrer este año. Pero si bien durante el anterior dejé este Blog de la mano de Dios porque no tenía tiempo, ganas ni ideas para mantenerlo activo (y casi se me anquilosa), ahora me he obligado a no dejarme vencer por esa pereza de la que les hablaba. No es un propósito de esos que se hacen el uno de enero. No. Es un acto terapéutico, es un no resignarse, un no dejarse llevar por la corriente, un sacar el hocico de debajo del agua para tomar aire, un empeño por no dejarse superar por los acontecimientos. Creo que las dos docenas de cosas malas que están ocurriendo en el mundo son bastantes menos que las miles de buenas que quedan enterradas por nuestro propio sensacionalismo interior.

¿O es que acaso el puto virus, el precio de la luz, la inflación, las movidas de Putin, el cambio climático o el desvarío habitual de cualquier Gobierno de este país nos tiene que amargar la vida? Ayer trasplantaron con éxito el corazón de un cerdo a un humano. ¿No es una pasada de noticia? Usted puede decirme que no le importa, que no va a necesitar un corazón nuevo nunca. Ojalá se equivoque, pero lo mismo les pasaba hace solo cien años a los diabéticos, que eran condenados a una muerte segura hasta que alguien inventó la insulina y ahora colean hasta la vejez.

Las noticias ya no alarman. Aburren.

Como diría Joaquín Sabina (un sabio para muchas cosas; un genio para contarlas y cantarlas), nos sobran los motivos para ser felices, para estar bien, para mirar la vida sin gafas de sol, porque una sonrisa, una caricia, una palabra bonita, un gesto simpático, son un regalo, y todos los días alguien nos regala esas cosas que no cuestan dinero, y ya le digo yo que curan penas y alejan el espanto.

No le voy a hacer el boca a boca a este Blog porque nunca estuvo moribundo. Simplemente me voy a espabilar, que falta nos hace, sacudirnos un poco a nosotros mismos. Feliz año a todos. También para mí.