Hace ya un tiempo hubo un prepotente y ególatra presidente del Gobierno que, por sus santa bolsa escrotal, nos metió en una guerra que ni nos iba ni nos venía. Como en este país hacemos gala con orgullo de no tener memoria histórica para lo que nos da la gana, el actual presidente del Gobierno nos mete en otra guerra que, igual que la anterior, ni nos interesa ni nos llama la atención. El “cara de papanatas” actual se acuerda nítidamente de la Guerra Civil (que comenzó hace ya SETENTA Y CINCO años). Eso sí lo tiene presente. Pero claro, no recuerda de la que tuvimos hace menos de una década.
Aquel acto desaprensivo, aquella idiotez sin calificación inteligente le costó a Aznar su prestigio, al PP las elecciones y al país un atentado que dejó 192 muertos. Espero que la repetición de la jugada por Zapatero, por muy avalada que esté por la ONU y la madre que la parió, no nos cueste más vidas. Porque hay una cosa segura: el presidente dejó su prestigio herido de muerte hace mucho tiempo y, por su torpeza, el PSOE lo único que va a ganar en el corto plazo son disgustos.
Y encima trata de apagar el incendio con gasolina.