A la señora Ana Botella habría que envasarla al vacío para preservar su cerebro de cualquier contaminación que pueda volverlo más simple y ruin. Porque lo que la paya nos ha propuesto no lo hace ni el peor de los gitanos. Entiendo que el caramelo envenenado que ha supuesto acceder a la alcaldía de Madrid no es exactamente para paladearlo con parsimonia, pero de ahí a proponer a los madrileños que empeñen su tiempo libre y se ofrezcan como voluntarios para surtir de mano de obra gratuita a bibliotecas, polideportivos, centros de día municipales…, eso es cachondearse de la gente llamándola estúpida en sus narices.
“Es que estamos en tiempos de crisis…”, correcto. “Es que no hay dinero…”, correcto. Eso, señora mía, nadie se lo va a negar, pero si tiene su casa llena de pelusas y se ha gastado el dinero (usted, su marido o el anterior inquilino), no le pida a la vecina que, voluntariamente, vaya con la escoba y le eche una barridita por la cara, por su caradura. Gestione, que para eso se sienta en la silla consistorial. Gestione, recorte, invierta, piense (pero hágalo en serio), invente juegos malabares con las tres perras que le quedan, pero no nos obligue a comulgar con ruedas de molino, ruedas que han fabricado los políticos que son manirrotos y desprecian lo público porque sólo piensan en lo privado.
¿Nos ha tomado por idiotas? |
Ahora le toca recular, señora, no sea boba, porque se arriesga a que la próxima vez que suelte otra idiotez como esa, un ciudadano de a pie con la sangre coagulada de tanto estar en casa sin poder trabajar, pierda los nervios y le deje la cara como se la maquillaron en su día a Berlusconi con un souvenir del Duomo de Milán.
No tire más de la cuerda y, sobre todo, no nos tome por retrasados mentales, que encima de cornudos no queremos que nadie nos apalee, que somos putas y en estos tiempos ya ponemos hasta la cama y el preservativo, pero si vamos a ser voluntarios, lo haremos con quien nos dé la gana, y no para sacar las castañas del fuego a quien en su día no importó empeñar el dinero y el futuro de los que PAGAMOS IMPUESTOS por un servicio que tiene que crear puestos de TRABAJO.
¡A la mierda, señora, a la mierda!