A raíz del
anuncio del ERE que la compañía Coca-Cola Iberian Partners ha planteado para la plantilla que trabaja en España -además del cierre de cuatro plantas de embotellado-, la gente se ha echado a la calle pidiendo, por un lado, a la empresa que se meta
el ERE donde le quepa y que no cierren las plantas; y por otro, le aconsejan al
populacho que deje de consumir la bebida más famosa del mundo.
En lo primero
tienen razón. Hay que defender derechos, luchar por una media de veintitantos
años de antigüedad que tienen muchos de sus trabajadores y por mantener el
empleo en este país, en la región, en la ciudad y en el barrio. Y si hay que
llegar a las manos, pues se llega, que es el pan de los hijos. Pero lo que verdaderamente tienen
que tener claro trabajadores y sindicatos es que luchar contra Coca-Cola
es como si David fuera manco, sordo y ciego, y aún así se las quisiera ver con un Goliat armado hasta los dientes.
La marca americana es
la más famosa del mundo, la que mejor imagen transmite a sus consumidores (y no
consumidores), un prestigio de grande y digna que se ha ganado a pulso en más de
100 años de historia. Ni una cagada, ni un error, siempre al lado de la gente,
la chispa de la vida, alegría, color rojo (en sus orígenes fue verde pero el
rojo mola más), burbujas, cubata, ligth, zero, chapas, botellas de un verde único y con un diseño inigualable, tazas,
camisetas, promociones, relojes, banderas, carteles… Un bar no es un bar si no ves algo
de publicidad de Coca-cola. Un evento deportivo se convierte en una reunión de
barrio si no ves a Coca-Cola. Te gustará o no, pero ahí está y es mucho más
potente de lo que puedas imaginar. Las grandes marcas es lo que tienen, que
hacen lo que tienen que hacer caiga quien caiga. Y las que además de ser grandes son
buenas, tratan de hacer su voluntad lo mejor posible atenuando daños colaterales. Aparte
que hay un dato que quizá no conoce la gente: Coca-Cola Iberian Partners es una
empresa española que utiliza (con permiso) la marca Coca-Cola, y ya desde Atlanta, donde está la central mundial,
ya les han llamado al orden para ver qué hacen por aquí, que la marca no la toca nadie.
Tratar
que la gente no beba Coca-cola es como querer que deje de respirar porque el
aire está sucio. Hace unos años, Gillete cerró su fábrica en Andalucía y la
gente continuó afeitándose con sus cuchillas por mucho boicot que se aireó. Otra empresa líder mundial con
una imagen impecable. Pues lo mismo va a ocurrir con Coca-cola. Está bien que
lo pidan, pero no va a servir de nada. Es más: es una auténtica gilipollez. ¿Se
imaginan un ERE en Maohu (o escoja usted cualquier otra gran marca, que casi todas se hacen en
España, como la Coca-Cola)? No veo yo a la gente dejando de beber nuestra
cerveza… de verdad, ahí, durante un partido España – Alemania, ¿a base de Coronitas…?
Hay que luchar
por el curro y por llevarse los garbanzos a la boca, pero eso de pedir que la
gente no beba Coca-cola ha sido un pinchazo en hueso, ejercer el derecho al pataleo que, gracias a Dios, aún tenemos.
La cosa es que lo ecológico esta llamando a la puerta de Cocacola y de muchas mas mierditas tóxicas que tomamos y comemos. Caerá la dichosa formulita oculta, porque esa ola es cada vez mas fuerte y cada botella o lata tiene tóxicos para aburrir, aunque sean de efecto lento.
ResponderEliminarNo te digo yo que no, pero como decía el maestro Eduardo Mendoza acerca de una hamburguesa en "Sin noticias de Gurb", tiene de todo y todo malo, pero sabe de puta madre, jajaja... Si te sirve de consuelo, yo soy de las dos. :-)
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