Y yo que quería
al menos aportar un par de artículos al mes en este blog, y ya he pinchado en
febrero. Pronto comienzo a fallar en mis propósitos. Así que, para no cejar en
mi empeño, me propongo hacer tres a lo largo de marzo y así recuperar mi media
de dos al mes, veinticuatro al año. Espero conseguirlo.
Y no será por
temas para comentar, que últimamente la actualidad nos oferta juicios por casos
de corrupción para todos los gustos y colores. Hablar de comisiones empieza a
ser burdo. Pero derivado hay cosas más jugosas como, por ejemplo, apreciar la manera
en la se les empiezan a ver las costuras a algunos políticos, sobre todo a aquellos
que están relacionados con ciertos pactos de investidura que, desde mi punto de
vista, no van a durar demasiado. Aquí vamos a comprobar, por un lado, si Rajoy
iba en serio o fue un brindis al sol (apuesto por lo segundo), y por otro lado
si Ciudadanos, como ha alardeado siempre, tiene la parte genital bien grande y acomodada
en su sitio para denunciar el acuerdo y romper con todo tipo de apoyos, o hace
mutis por el foro, se inventa una excusa relativamente válida y, hablando de
acomodar, se va acomodando en las sillas del poder (igualmente, también me
inclino por lo segundo).
En definitiva, hagan
lo que hagan, quien se está jugando el futuro de su partido es Albert Rivera.
Si el PP no hace dimitir al presidente de Murcia y Ciudadanos no rompe el
pacto, el catalán va a perder votos a mansalva. La gente que confió en su partido
lo hizo porque quería nuevas ideas y más compromiso. Si a la primera de cambio
se deja seducir o acomplejar, mal van. Por el contrario, al PP le beneficiaría
que no se rompiera el pacto, primero para seguir gobernando sin sobresaltos, y
después para demostrar que es un partido fuerte que puede con todo.
Dicen que las palabras se las lleva el viento. En España las escribes y se las llevan por delante los hombres. |
Sea como fuere,
aquí los que realmente están perdiendo protagonismo en este momento son PSOE y
Podemos. El primero porque, hasta que no se pongan de acuerdo y se unan como
una sola idea, no dejarán de dar el espectáculo por el lado que no deben. Y los
otros porque nadie cuenta con ellos, no les invitan a nada y les obvian cada
vez que pueden. Además, una vez resuelta la papeleta de las dos corrientes, Pablo
Iglesias no cesa de darnos clases de democracia, esa idea que únicamente
pervive en él, emana de él, la esencia está solo en él, vamos, que los antiguos
griegos a su lado no tenían ni puta idea de lo que era la democracia (imagínese
el lector el resto de los mortales). Este profesor universitario, que devalúa sin
duda al colectivo, da clases de democracia a todo el universo interestelar de
la galaxia excepto cuando toca aplicarla en su partido. Entonces él ostenta
todo el poder, y se lo otorgará a las masas cuando le salga del bolo. Si repasamos
la Historia, personajes “peculiares” como este botarate han pasado a los libros
no precisamente como ejemplo de cosas admirables.
En fin, que
espero que marzo nos vaya dando un poco de cuartelillo con otros temas más
interesantes de los que opinar. Me queda pendiente Trump, pero me tiene tan despistado
que, de verdad, no sé todavía por dónde meterle mano. Aunque no desespero.
Llegará el día.
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