Iba a lanzar la pregunta al aire de qué partido se aposentaba en el sillón consistorial de Valladolid, pero supongo que como el Partido Popular lo hace en la inmensa mayoría de las capitales españolas, ni lanzo la pregunta ni me propongo informarme.
Porque, en cualquier caso, quien haya dictado una ordenanza tan estúpida merece el calificativo de tonto de baba con independencia del partido al que profese sus bolsillos. Y es que ayer me desayuné con la noticia de que el Ayuntamiento de Valladolid multará a los mendigos con 1.500 euros si se atreven a pedir por la calle. Es como condenar a la pena capital a un cadáver. Confieso que, desde mi obtuso entender (cada vez más obtuso dadas las noticias de las que me hago eco en este blog y que atentan contra el sentido común), la norma me parece ineficaz, inadecuada, indeterminada y, sobre todo, imbécil. Se me plantea la situación de un policía municipal multando a una pobre criatura que no tiene donde caerse muerto con una fortuna que, quizá, no pueda juntar en lo que le queda de vida. Es como si a nosotros, los inconscientes privilegiados que tenemos trabajo, casa, algo que llevarnos a la boca, nos deslizaran una “receta” de tráfico por una cuantía de… no sé, ¿300.000 euros por aparcar en doble fila?
A esta gilipollez se unen otras modificaciones de la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana que prohíben andar medio (o totalmente) desnudo por la calle por 750 € o acampar en espacios públicos por 3.000 €. Con esto borran los movimientos populares de protesta de un plumazo y a las chavalas en bikini de otro (algunas, de hecho, en lugar de ser multadas deberían ser veneradas –valga la coña-). De cualquier forma, estos dos últimos casos, al ser fácilmente toreables, me dan lo mismo, porque para ver gente medio en pelotas me voy a una playa, a una sauna o me veo una película para adultos, y para lo segundo, con no llevarse tienda de campaña y no quedarse a dormir en la Plaza Mayor de Valladolid, y volver después a las 7 de la mañana, todo solucionado.
Pero lo de los pobres indigentes clama al cielo. Y la joya que ha parido semejante engendro de norma lo argumenta diciendo que quiere evitar el acoso de la gente que pide a viandantes y terraceros. Señor mío: sólo acosan los sinvergüenzas, los gitanillos y/o rumanos, esos que lo queiren para algo más que comer, esas mafias callejeras que soportan objetivos diarios de beneficios (como si fueran empresas), los capullos. Pero los que lo tienen todo perdido no se permiten ni siquiera ese lujo de ir dando el coñazo a la gente. Se sientan esperando la muerte. Y punto.
Dice el lumbreras del Ayuntamiento que así también evitan que estas personas (sí, señor lector, que son PERSONAS) se ponga en las vías rápidas a pedir para librarlos de ser atropellados. No tengo estadísticas, pero juraría que hay más atropellos de gente normalita que de indigentes, vagabundos o sin techo, en vías rápidas o en lentas, en pasos de peatones y a las salidas de los colegios, de señoras con carritos de niños que atienden antes al móvil que a sus hijos, o tontos de baba que van con la música adherida a las orejas y no miran al cruzar la calle. Lo que ocurre es que el clarividente del Ayuntamiento no quiere mostrar las miserias de la ciudad a los que van dentro de sus coches calentitos -en invierno- o fresquitos -en verano-, que bajar la ventanilla les fastidia su microclima.
Al final no me he enterado de si es el PP o el otro quien gobierna en Valladolid, pero esta medida es como la ley de Orden Público de Franco, aquella de los Vagos y Maleantes, o cualquier otra de una dictadura de izquierdas, que para gustos los colores, el blanco y el negro, el azul o el rojo. Todos pecan de lo mismo en cuando tienen mayoría.
No sé cuándo entra en vigor la normativa pero, por favor, a final de año me gustaría ver una estadística de cuántas multas de 1.500 € han cobrado a vagabundos y mendigos, y cuánto ha descendido la mendicidad en la ciudad gracias a la norma. Incluso, me gustaría saber cuántas multas han puesto, porque aún tengo cierta (sólo cierta) confianza en el sentido común de la policía municipal.
Actualización de 08/03/2012: El Ayuntamiento dice ahora que no esperan cobrar nunca ninguna multa por este motivo, que es sólo una medida "disuasoria" para los mafiosos (en particular ha dicho rumanos) que utilizan a niños o mujeres para la mendicidad. ¿Y por qué no lo ha dicho cuando ha sacado la norma, que la cuestión es hacerse notar para todo... o rectificar tarde y mal cuando se mete la pata?
Actualización de 08/03/2012: El Ayuntamiento dice ahora que no esperan cobrar nunca ninguna multa por este motivo, que es sólo una medida "disuasoria" para los mafiosos (en particular ha dicho rumanos) que utilizan a niños o mujeres para la mendicidad. ¿Y por qué no lo ha dicho cuando ha sacado la norma, que la cuestión es hacerse notar para todo... o rectificar tarde y mal cuando se mete la pata?
Me parece extraordinario que usted haya puesto este articulo en la web. Asi nos enteramos de la locura gubernamental y de las mentes de aquellos que no tienen talento ni valor para dirigir paises! Le felicito y se lo agradezco en nombre de la gente civilizada. Paul Quintero (Monje Zen) - venezuela.
ResponderEliminarEstimado Raúl:
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un mal de finales del siglo XX y principios del XXI es la poca profesionalidad y l poco carisma que tiene los gobernantes en casi todos los países del mundo, de presidentes hasta alcaldes. La gente debe conocer que en un país como España también pasan estas cosas y que la mayoría de sus habitantes no están de acuerdo.
Mil gracias por tus palabras.
COn un abrazo, Javier.