Un par de meses sin escribir son demasiados para alguien como yo, que trata de mantener un blog medianamente actualizado. También es cierto, y no es por buscar excusas, que la vida desde mi último post ha dado muchas vueltas y me ha dejado sin tiempo para aportar aunque fueran un par de líneas de opinión, incluso cuando la actualidad me servía en bandeja jugosos temas.
Para comenzar a hacer boca e hilar un poco con el último artículo, me es grato corroborar que aquel vaticinio que hacía dos meses atrás sobre el éxito de un programa serio y profesional de televisión como pensé que era “Número Uno”, se ha cumplido y ha superado incluso las expectativas más optimistas. Es gratificante saber que aún conservo un poco de olfato en este sentido.
Pero a punto de cumplirse dos meses de este artículo, la actualidad ha sido machacona e impertinente, monótona y cruel, siempre dando vueltas sobre lo mismo, volviéndonos locos con primas de riesgo, bolsas que caen en picado, Hadas Madrinas llamadas Merkel que lo único que hacen es putear al personal, y miembros del gobierno corriendo como pollos sin cabeza, hartos de buena voluntad pero incapaces de hacerse con la situación, fundamentalmente porque la situación les supera, a ellos, a mí y a todo el mundo.
Mi opinión es que ya era hora de que las cosas se tranquilizaran un poco, que lo mismo este remanso en el que vivimos ahora dura menos que una saliva en una plancha, que algo es algo, pero no menos cierto es que Rajoy tenía que haber dado un puñetazo en la mesa hacía tiempo amenazando a la teutona con sacar a España del euro, y sanseacabó. Entonces, todo lo que ha ocurrido en la última semana habría sucedido hace un par de meses y nos habríamos ahorrado muchos disgustos. Como bien reconoce ahora medio planeta, ni la economía europea, ni la estadounidense, ni la china, ni la emergente, se pueden permitir el lujo de una España renqueante, mucho menos en quiebra. Eso sí, en tanto esperaban la llegada del terremoto con la prima de riesgo cerca de los 600 puntos, se han divertido de lo lindo haciendo caja a nuestra costa.
Esto de la economía es tan aburrido que, salvo excepciones, me comprometo a no habar de temas tan soeces en mucho tiempo, exactamente lo mismo que prometí con los clásicos entre Real Madrid y Barcelona, por cierto, promesa que he cumplido a rajatabla.
Por último, y aunque las excusas no sirvan para mucho, pedir disculpas a todos aquellos que me siguen en este blog. No sirven de mucho pero les explicaré que mi silencio ha estado causado por el inicio de una nueva novela, un viaje mitad placer mitad documentación para esta nueva historia, la corrección de otra novela que publicaré en el mes de noviembre y, sobre todo, por haber quedado FINALISTA del XVII Premio Fernando Lara de Novela (Grupo Planeta), que si bien lo único que he conseguido ha sido una cena en los Reales Alcázares de Sevilla –y una buena mención para ir completando mi curriculum- la noticia me sorprendió y me impactó tanto que me dejó incapacitado para escribir durante alguna semana que otra. Es lo que tiene ser un tipo nervioso cuando a uno le reconocen su esfuerzo y su trabajo con una distinción de tal categoría. De cualquier forma, estoy agradecido pero el subidón ya se me ha pasado.
El autor junto a José Manuel Lara en la entrega del XVII Premio Fernando Lara de Novela, en el patio de banderas de los Reales Alcázares de Sevilla. |
Ahora, a trabajar.
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