Me ha bastado
un resumen en las noticias para saber que ayer hice muy bien en no ver el
debate entre Rajoy y Sánchez. Creo que lo único que hicieron bien fue demostrar
a los inteligentes de este país que se ha terminado un ciclo, que sus discursos
de sus partidos están acabados, que transmitir miedo ya no asusta, que las
nuevas generaciones de españoles quieren algo más, quieren dejar atrás el
pasado y mirar hacia delante.
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El debate de ayer sólo me sirvio para saber que no sirvió para nada. |
También ayer leí
la intención de voto por edades en un diario, y era muy demostrativa. Únicamente
en el arco de votantes de 65 años para arriba ganaban los dos de siempre. En el
resto, es decir, de 65 para abajo, apenas estos dos cogían un puñado de votos y
quedaban siempre en última o penúltima posición. En cualquier caso, éste comienza
ya a ser un país de viejos, y por eso todavía se sostienen ahí arriba... más o
menos.
No voy a pedir
el voto para nadie, válgame el cielo, pero sí me gustaría comentar la reflexión
que llevo haciendo un tiempo sobre la política en este país, un tiempo largo,
vaya, que no es de ayer ni de antes de ayer. Y es que la política, lejos de
interesarme demasiado, en verdad ahora me tiene preocupado, y no sólo por la
corrupción ni por el acceso a instituciones de incompetentes e indocumentados,
sino por las pocas ganas que tienen los dos principales partidos políticos
(hasta este domingo) de no hacer ni el webo por remediarlo.
Está claro que
sufrimos una dictadura de 40 años y ahora hemos corrompido 40 años de
democracia. Hace falta abrir las ventanas y ventilar, dejarnos de azules y
rojos, dejarnos de inercias de voto, dejarnos de sentimentalismos. Los que
tenemos hijos debemos ser conscientes de que si esto no evoluciona las próximas
generaciones lo van a tener muy complicado, máxime cuando ellas ya no piensan
en pasado, no lo entiende ni ganas que tienen. Para ellas la Guerra Civil sólo
sale en los libros de historia, Franco es tipo muerto e ignoran qué fue la
Transición. Es hora de que todo eso pasen a ser temas de una asignatura en el
colegio y hagan oídos sordos a lo que sus padres y, sobre todo, sus abuelos, les
siguen inculcando, seguramente sin intención (o con mucha, que ya no sé qué
pensar). Los jóvenes tienen que votar a aquel partido que coincida con sus
ideas, "con las suyas" y no con las de sus mayores. Deben pensar por
sí mismos, y para eso es preciso una buena educación para que puedan elegir
libremente, sin coacciones mentales (¿por qué siempre mis reflexiones me
conducen al mismo sitio?).
El domingo nos
jugamos mucho, pero mucho más de lo que la gente cree, porque estamos en un
momento en el que contamos con el impulso necesario para reformar lo que nadie
ha querido tocar durante 40 años de dictadura democrática. Hay que pegarle un
buen meneo al país, pero un meneo en condiciones, el mismo meneo que están
sufriendo los olivos ahora en época de cosecha. PP y PSOE tienen a sus jubilados
y sus retrógrados que son masa (cada vez menos) y les van a subir otra vez a
las primeras posiciones, pero España se merece (y mucho) que salgan
alternativas con ganas de poner en cuestión el sistema actual, básicamente
porque creo que es muy necesario, casi crítico. Por eso partidos como
Ciudadanos y Podemos deben crecer hasta agarrarse al cuello de estos dos fósiles.
Si esto ocurre, surgirán entonces dos alternativas: que los dos antiguos partidos
hagan purga y se renueven (pero una renovación en serio), o que se pudran
lentamente y desaparezcan, cosa que tampoco es buena porque debe haber espacio para
todos los pensamientos.
En fin, que el
mejor voto útil esta vez creo que es hacerlo en conciencia a quien creamos que
se acerca más a nuestra forma de pensar, y así al menos estaremos contentos con
nosotros mismos y con nuestra conciencia. Ya no vale el miedo a que vengan los
rojos o los fachas. Ahora es tiempo de estar ilusionados en esperar que todo
esto sea cosa del pasado y tratemos de conseguir calidad política en nuestro país.
Si no es así, mejor será que pensemos en seguir de esta manera otros 40 años,
que junto a los de Franco y a los de ahora se nos va a ir la broma a siglo y
pico de tontería.
Como se nota que eres un tipo ducho en la expresión gráfica. Lo qe dices es lo que yo intento decir y nunca consigo. Estoy totalmente de acuerdo. Un abrazo amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias! Pero no es mérito mío. Es un don, y se nace o no se nace con él. Y si se nace con él, el mérito es de los genes, no de la fuerza de voluntad. En cualquier caso, me alegro de plasmar lo que piensas. ¡Ya somos dos!
ResponderEliminarYo por ejemplo tengo el don de beber cerveza como si no hubiera un mañana, y de disfrutar de Javier Oliva sin perder las ganas, desde ya treinta y cinco años.
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