España se nos
quema, en sentido real y figurado, que a perro flaco todo son pulgas, y después
de un invierno seco de lluvias y de dinero, ahora nos viene un verano que se va
a llevar por delante lo poco que teníamos. El país se seca por un lado y nos lo
queman por otro, y puestos a hacer similitudes, creo que las dos clases de
pirómanos tienen el mismo tipo de madre y el mismo padre desconocido. Lo mismo
que no hay derecho a que un hijo de puta le meta fuego al monte, tampoco lo hay
a que cuatro especuladores le arrimen la cerilla a la Bolsa. Los dos fuegos son
difíciles de apagar y se emplean medios costosos que, además, dejan el paisaje
devastado durante años.
España se quema, tanto sus campos como su economía, ambas dos muy resecas. |
Lo que está claro
es que el Mercado ha decidido que España no hace falta ya para nada, no tiene
papel protagonista en el concierto mundial, quizá ni siquiera secundario, ni de
reparto. No contamos para nada. También es cierto que nos lo hemos ganado a
pulso con tanta subvención, tato cheque-bebé, tanto mangante, tanto querer
vivir como Alemania cuando no teníamos ni fondos, ni sostén económico para
hacerlo.
Ahora sólo queda el
rescate total y pasaremos a ser una provincia de Alemania y Francia. Ahora va a
empezar lo bueno. Nos vamos a quejar al padre de Domingo Ortega. El Gobierno se
queda en la posición fácil de decir que ellos no pueden hacer nada, y el
españolito de a pie, es decir, el 97% de la población, va a saber qué es vivir
en el Tercer Mundo. Tanto verlo por la televisión sin hacerle ni puto caso y lo
vamos a tener 24 horas al día en nuestras propias vidas, sin dinero que gastar,
trabajando (el que pueda) 18 horas diarias incluidos sábados, con una educación
cada vez peor, con una sanidad llena de carencias, unas infraestructuras que se
caerán a cachos hasta desaparecer y unas ilusiones que poco a poco se
desvanecerán en nuestra propia miseria y desesperanzas. Lo voy a ilustrar para
que me entienda todo el mundo: de aquí en veinte años podemos estar como Cuba
bajo el paraguas soviético, sólo que nosotros lo haremos bajo el paraguas de
Alemania. La diferencia es que aquí los ladrones de arriba cambian cada 4 años
y que los cubanos tienen todos trabajo. Poco más.
Lo que deberíamos hacer es ir a ver a la Merkel y decirle que nos vamos del euro, que hagan de su capa un sayo, que nosotros vamos a hacer de la nuestra una servilleta, pero solos mejor que mal acompañados y, sobre todo, poniendo la cama. No sé si irían por las patas abajo, pero esto ya empeiza a ser como el mus, que vayas o no de farol, hay que despistar al contrincante para ver a dónde está dispuesto a llegar.
Así que no hay más
remedio que relajarse y disfrutar, y prepararse para vivir como nos merecemos,
como en la España de la posguerra. Pero como tiene un lado positivo, si para el
año 2040 la cosa ha cambiado, tendremos batallitas que contar a los nietos,
esas que tanto hemos escuchado en boca de nuestros abuelos que nos decían “tú no sabes lo que es pasar hambre…”.
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