Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


lunes, 4 de noviembre de 2019

Me lo ponen muy difícil


Ante la cita cachonda del próximo domingo 10 de noviembre, me siento como si me hubieran invitado a la reinauguración de un puticlub. No me gustan esos sitios, no los he pisado en mi vida y no creo que lo haga jamás, pero como eso de escribir (dicen) no se me da mal, pues le echo imaginación y me pongo en los zapatos de un pollo que se enfrenta, por compromiso, a elegir una meretriz que le haga cositas… Y la verdad, de las que se ofrecen, no me gusta ninguna.
No soy tipo de extremos (tampoco en el sexo), así que de un plumazo me voy a cargar (figuradamente) a tres de los seis candidatos, a esos que se agarran rabiosos a los bordes de la derecha o la izquierda. Por lo tanto, quedan sin mis opciones de voto los señores Iglesias, Abascal y Errejón. Este último me caía simpático pero ahora, viéndole por la tele soltar otro tipo de soflamas a nivel nacional, me confirma que nadie está inmunizado contra la podredumbre del poder ni contra la idiotez sobrevenida.
Por lo tanto, me quedan los otros tres (¡y vaya tres!), una terna que casi me incita a cambiar de puticlub (entiéndase de país, de época en la historia o, simplemente, a esperar una reencarnación mejor).
Soy dado a dar caña a quien para mí la merece, pero con estos tres la cosa me supera. Es como si te dijeran que, ante un hambre voraz, tienes tres cochinillos enteros que comerte. Así que, o me empacho o se me hace bola. Y hablar de estos tres se me hace bola, pero a 6 días de las elecciones y poco más de 4 de la jornada de reflexión, no puedo dejar pasar la oportunidad, máxime cuando esta noche van a estar cinco de este sexteto ladrando por la televisión.

No tienen ganas, no aportan nada nuevo y van a hacer realidad eso de que "nunca segundas partes fueron buenas".

Al señor Sánchez le tengo cierta ojeriza porque va de “pijo-progre”. Lo veo como a esos tipos que alardean de todo sin poseer curriculum, los encantadores de serpientes, los divos que no han hecho más méritos que haber sacado a un enano muerto de su tumba. La sombra de hacerle ojitos al independentismo es su cruz. Sinceramente, no creo que sea de los que venden a su hermano por un plato de lentejas, aunque todo es posible con esta clase de especímenes tan ambiciosos y con el paso tan resuelto. El PSOE tiene una gran visión social y ganas de hacer cosas, aunque siempre se les olvida que los proyectos cuestan dinero y que vaciar la caja es pan para hoy y mucha hambre para mañana.
El señor Casado comenzó mal y las novatadas pasan factura. Aunque rectificar es de sabios y varió el rumbo, tampoco es santo de mi devoción. De su partido me gusta que sean gente práctica por encima muchas veces de lo que conviene políticamente, incluso de sus propios gustos. Si usted mira atrás y ve cómo Rajoy nos hizo flotar sobre la crisis (porque sacarnos no nos sacó), pues ahí queda eso. Pero el resto de sus ideales, es que…, ¡ay…!, continúan siendo muy rancios para mi gusto, gente que por mucha colonia que se ponga siguen oliendo a años 60, ¡incluso 50!, con ese “señoritinguismo” (que no señorío) que me da grima. Vamos, que huelen a los santos inocentes del maestro Delibes.
Y por último, el candidato Rivera ha defraudado mucho a los que tenían ilusión por traer aire fresco. El político audaz venía con el marchamo de hombre de Estado, de intrépido lleno de lógica, coherencia y maneras de hablar muy directas. Pues resulta que se enrocó en el “no a Sánchez” y en el “Cataluña independiente jamás”, y se convirtió en un muñeco autista, en un extremista de centro. Nadie le hizo entrar en razón y la mitad de los primeros espadas se le fueron del equipo, alguno con cajas destempladas (no sin razón). Y lejos de rectificar y ser tan demócrata como fardaba, continuó con su runrún de Sánchez y el independentismo a cuestas. Su intentona salvadora antes de que se convocaran elecciones llegó tarde, muy tarde, y olía a oportunismo inoportuno. Y ahora, viendo que se acerca al abismo de la desaparición, es capaz de prometer lo que sea aunque no abandone el coñazo de la Cataluña separatista, que ya cansa. Sólo le salva que es nuevo en esto y todavía puede merecer por algunos su voto de confianza para ver si ha aprendido la lección, pero poco más.
Ergo…, viendo el panorama en este puticlub, la verdad es que me dan ganas de salir por la puerta con la cuenta en blanco, o espetar a los candidatos que me vendan sus bondades, a ver si me convencen de que me vaya con ellos al cuarto oscuro, cosa muy poco probable viendo que, en realidad, muestran la misma carne con distintos ligueros.


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