Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


jueves, 10 de enero de 2013

Evocar a Dracón

Repasando las noticias de enero pasado, me he llevado una sorpresa al ver el artículo que dedicaba a Hugo Chávez, recién operado entonces del cáncer que hoy le quiere robar la vida (ver http://www.loquesemepinta.blogspot.com.es/2012/01/cerbatanero-ignorante.html). Entonces me metía con él y decía que, siendo como era, como es, dudaba de que aquella maniobra de dejar de recibir quimioterapia fuera cierta, que quizá no le hiciera falta y así vendía su valentía al pueblo (y asentaba aún más su liderazgo), o realmente era un desaprensivo que no creía en meigas, en enfermedades, o que simplemente quería suicidarse.
La mente de las personas es un templo al que nadie puede acceder y que nadie debería profanar soltando de forma gratuita falsos testimonios. De ahí que yo no sepa (ni quiera saber) lo que pasa por la mente de ese hombre (ya lo puse en duda hace un año), pero siga en mi propósito, erre que erre, de denunciar ese rastro populista y tercermundista que Chávez va dejando tras de si en todo lo que hace, incluso cuando las está pasando putas.
El poder envenena, esclaviza, se agarra a tus carnes y a tu cerebro y no te deja en paz nunca más. Es la peor adicción, la peor droga, capaz de hacerte vender a tu madre por un voto, por un euro, por un pellizco más de poder, capaz de corromperte hasta las trancas. Ayer me enteré que en España tenemos en la actualidad a 300 políticos encausados por corrupción, es decir, a una media de 6 por provincia, que aparte de camellos y chorizos, no creo que haya otra media en lo que a datos de delincuencia se refeire muy superior (o semejante).
Ya lo sabían los griegos. Cuando la democracia se corrompía colocaban a un dictador en el poder y se quedaban tan panchos, y no a un dictador cualquiera, sino a tipos como Dracón y Solón, angelitos, hermanitas de la caridad que pasaban a cuchillo a todo el mundo y hacían una limpia en condiciones del sistema político y lo dejaban bien aseadito. Y una vez arreglado el patio, volvían a instaurar su democracia y aquí paz y después gloria. Por cierto, si no han acertado a adivinar la ironía cuando hablo de Dracón, sepan que el término draconiano viene de sus acciones, y para más información, consulten el diccionario de la RAE o una enciclopedia en condiciones.
Dracón, no sólo no se andaba con chiquitas, sino que además se pasaba por la piedra de afilar a todo el que se salía de la fila o se movía en la foto.
No voy a defender la implantación de una dictadura ni mucho menos, pero la corrupción que alcanza nuestro sistema en este país debería acometerse con una dureza y legislación draconiana, porque empieza ya a tocar un poco los webos que pillen a una sarta de políticos con las manos en la masa (sí, esta vez a los de UDC, pero aquí han pringado todos los partidos) y se vayan de rositas. Si pescan a un gitano o a un drogata saliendo de una joyería con menos de la mitad en el refajo, se va a chirona por 10 años aunque, como han hecho los políticos, devuelvan el dinero. Joder, que no hay derecho, que personalmente estoy hasta los mismos cojones de cómo se toma el pelo a la gente con tal de quedarse ahí arriba a la sopa boba y con el cetro en la mano, como cualquier político del mundo, como Rajoy, como Mas, como Rubalcaba, como la Merkel, como el pobre cervatanero, que incluso (Dios no lo quiera) después de muerto querrá seguir gobernando.
Y lo peor es que me temo que los jueces comienzan a ser también parte del problema.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Adios 2012... y no vuelvas nunca más

Otro año que termina. Para lo que nos ha dado, en general, que este 2012 se vaya con viento fresco al cementerio de los años que pasan sin pena ni gloria. ¡Vaya mierda! Y eso que yo no me puedo quejar, ¡ni mucho menos!, que he sido finalista de un gran premio como el Fernando Lara de Planeta, y he publicado mi tercera novela, una obra que llevaba mucho tiempo tratando de sacar a la luz y que me hace especial ilusión que la gente lea.
Pero lejos de resultar egoísta, miro hacia otro lado que no sea mi ombligo y me centro en lo que ha resultado este año de mierda para casi todos. Así que tengo 12 razones para tratar de olvidarlo y otras 12 para recordarlo.


Me gustaría olvidar:
1.       que la gente se volvió medio loca porque el mundo se acababa,
2.       que la Merkel es una tendera de barrio que ve amenazado su supermercado y putea sin compasión a los tenderos que la rodean,
3.       que hay mucho hijoputa suelto por China, Siria, Israel, Palestina, Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia, Corea de Norte… en realidad en todos los países, en todas partes, pero en estos en especial les gusta ir tocando los cojones a todo el mundo, con o sin razón, con o sin motivos,
4.       que la política en este país no existe,
5.       que es preferible ser banquero o político a la hora de robar,
6.       que la gente se queda sin empleo por los cerdos que nombro en el punto 4,
7.       que la gente se queda sin casa por los sinvergüenzas que nombro en el punto 4,
8.       que la gente pierde el dinero que tenía guardado en el banco por los delincuentes que nombro en el punto 4,
9.       que la gente se queda sin ilusión por los caraduras que nombro en el punto 4,
10.   que, con tal de distraer la atención sobre los problemas importantes, el ser humano (entre ellos los hijos de puta reseñados en el punto 4), es capaz de cualquier cosa, de matar, de engañar, de sobornar, de coaccionar, de provocar una guerra, una sucesión o una secesión,
11.   que la Revolución Francesa estalló para abolir los privilegios de una clase minoritaria, prepotente y soberbia que tenía puteada al pueblo llano, y que en 2012 la clase sigue siendo minoritaria, prepotente y soberbia, sigue puteando al pueblo llano, se ríe de él, tiene los mismos privilegios pero tiene otro nombre… y aquí no saca la guillotina ni Dios,
12.   que a veces se me han quitado las ganas de seguir adelante.
En cualquier caso no quiero hacerme mala sangre y espero recordar este año:
1.       porque la selección de fútbol ganó su 3ª Eurocopa con doble orgasmo: enviamos a Alemania a casa en semifinales (que se joda la Merkel) y en la final casi le hacemos una manita a los chulitos italianos,
2.       porque antes se atrapa a un mentiroso que a un cojo: a Alberto Contador le pillaron con el carrito del helado (diga lo que diga), y a Amstrong lo han apisonado y le han dejado con una mano delante y otra detrás. Es hora de que los culpables cumplan sus penas,
3.       porque todavía se me saltan las lágrimas viendo en la tele cómo disfrutan los comentaristas de TVE (en especial ella) y se emocionan cuando Mireia Belmonte gana dos medallas de plata,
4.       porque tengo trabajo, que hoy en día no se puede dar nada por seguro, pero en los tiempos que corren y habiendo estado en el paro dos años, de no haberme cruzado con el Ángel de la Guarda, la situación hubiera sido crítica,
5.       porque he podido viajar a Cuba, uno de mis hogares donde me siento como en mi propia casa,
6.       porque el cerebro de momento no se me seca y me permite seguir escribiendo,
7.       porque tengo un editor con dos cojones que cree en mí y se juega sus perras en publicarme,
8.       porque tengo buenos amigos, dos, quizá tres, pero los tengo, y este año me lo han demostrado con creces. No mucha gente puede decir lo mismo,
9.       porque la salud me respeta, tanto a mí como a mi familia, que algún susto nos hemos llevado, pero no ha pasado de ahí,
10.   porque tengo una familia a mi lado que todavía me soporta, incluso dice que me quiere,
11.   porque, un año más, no me ha tocado la lotería, es decir, que todo va a seguir igual, y eso, en época de crisis, es un lujo y yo me quedo más tranquilo,
12.   porque he sido capaz de encontrar 12 razones positivas para el año que acaba, aunque reconozco que me ha costado.
Espero que el 2013 sea más positivo, nos dé alguna alegría de verdad, que ganar títulos con la selección de fútbol está muy bien, pero eso no da de comer a nadie.
No te deseo feliz año. Simplemente que nadie te putee, que ya es mucho.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Adoctrinado por imbéciles, educado por ineptos

Y vuelta la burra al trigo. En este país no aprendemos. Es la pescadilla que se muerde la cola. Mala educación, fatal evolución, segura involución. Un pasito para adelante y dos para atrás. Con Franco esto no pasaba, y eso que el enano cabrón nos tuvo en vilo 40 años, pero de nobles es reconocer sus logros, y alguno que otro tuvo, como regar de pantanos el país y, dentro de lo que cabe -y salvando las distancias socioculturales y contextuales de la época-, ofrecer una educación más que digna a los españolitos.
Otro bobotonto que no ha entendido qué significa educar y formar a la gente. Y encima no tiene otra cosa que hacer que atacar la lengua en la que se enseña. Mire primero que hay que enseñar y luego deje elegir a cada uno en qué idioma quiere ser una persona preparada y digna.
Ni se me ocurre desenterrar al dictador, ni siquiera tomarlo como ejemplo, pero creo que ya he defendido en alguna ocasión que jugar de forma inconsciente con la educación de nuestros niños es hipotecar nuestro futuro, es dinamitar el único valor seguro que tenemos. Nuestra industria (¡qué eufemismo!) y nuestros servicios pueden subsistir o quebrar, pero nuestros niños son algo tangible para el futuro del país.
Pero no nos damos cuenta. Político tras político, legislatura tras legislatura, nos empeñamos en enterrarlos bajos kilos de ideología. Seguimos a vueltas con la educación en “modo rojos” o en “modo fachas” (aquí vuelve a aparecer el caudillo), a abrir viejas heridas que no sirven para nada y de las que nuestros niños de hoy no entienden ni jota.
A ver, señores (¿señores?) políticos: ¿no se han dado cuenta de que, después de 37 años de democracia, sus intenciones de perpetuarse en el poder adoctrinando niños desde las aulas no les ha servido para nada? Lo único que han conseguido es un rebaño de borregos tan ineptos e incultos que no son capaces de comprender –mucho menos de asimilar- sus eslóganes partidistas.
Excepto algunos casos aislados, las personas de 30 años para abajo pasan de política, de ideas, de religiones, de todo, y sólo les interesa una vida fácil, dinero, sexo (ahí también me apunto yo), y que le de todo hecho aquel que mande -con independencia del color que vista-. Incluso, de hecho, si es posible, que nadie mande. Estamos en una vuelta desmedida e infundada a los hippies de los 60 (digo infundada porque entonces había algo por lo que luchar; ahora yo creo que ni lo saben ni les importa).
Señores: creo que esos ánimos de adoctrinar niños desde pequeñitos se les ha vuelto en contra porque algunos se saben poco preparados y sin capacidad de progresar, y de saberse ya perdidos se van al río sin problemas (o a Alemania a buscar curro de lo que sea).
España necesita una ley de educación consensuada, hecha por todos los partidos políticos y fuerzas sociales del país, negociada por todos porque es para todos, sin religiones ni educaciones para la ciudadanía, con idiomas, pero idiomas en serio, con Matemáticas y Lengua a cascoporro, con Historia (que se nos olvidan las cosas y caemos en los mismos errores), ¡coño!, con cultura y formación, enseñando a los niños a ser personas, a pensar por, para y en los demás, a pensar en su futuro y en el los demás, eso, a pensar y a ser personas capaces.
Ahora viene otro gilitonto de ministro (esta vez del PP) y vuelve a dar un golpe de mano para engendrar una ley educativa que es la misma mierda que hizo el PSOE en su día, y el PP en el suyo, y CIU en el suyo… Todos caen en el mismo error. Por favor, formen a personas, hagan una ley educativa digna, que nos estamos jugando el cuello. Pasen de ideologías y de creencias, que ya está más que demostrado que no sirven para nada. Formen a personas libres y capaces. Sólo se les pide eso.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Joder la Navidad

¿Qué se celebra el 25 de diciembre? Tómese su tiempo, porque la respuesta es fácil pero deberá recordarla y defenderla todo lo que dura este artículo, no se vaya a volver luego atrás, que entonces quedará descalificado.
Una vez más: ¿qué se celebra el 25 de diciembre? La respuesta no puede ser otra que la Navidad, sí, el hecho de que una mujer tuviera un niño en un lugar llamado Belén hace unos 2012 años. Esto es irrefutable (no que la virgen tuviera al niño ni que fuera virgen, sino que el 25 se celebra la Navidad).
NAVIDAD: buey, virgen, niño, payo y mula. Irrefutable.
Por lo tanto, si esto es así, ¿a qué viene que haya gente que ponga pegas a que las felicitaciones muestren un pesebre? No lo entiendo. Son ganas de sacar las cosas de quicio, provocar. AUnque ya sé de dónde cojea toda esta gente, ese tipo de personas sin cimientos que les gusta hacer comuniones civiles y bautizos laicos. Desde mi absoluto respeto a todas las creencias y a todas las posturas en la vida (posturas fundamentadas), este tipo de gente que niega la mayor porque sí, mucho me temo que son cortas de miras, que no tienen criterio para elegir ni el color de la ropa interior con la que se visten. Y, además, me temo que serán de esos que defienden que hay que construir mezquitas a los moros, pagodas a los chinos y templos a los budistas. Loor a todas las religiones pero las felicitaciones de Navidad van sin pesebre. No tengo, como digo y reclaco, nada contra nadie, pero me toca mucho las narices que seamos muy buenos con los de fuera y unos cretinos con los de dentro, con tu propios paisanos, con tu propia familia, con tus raíces, contigo mismo.
A ver… zoquete: que Navidad sólo hay una y recuerda un nacimiento, que no es una fiesta laica, que si tú, tonto de la baba, no quieres celebrarla, me parece genial, pero deja a la gente que sí cree en esas cosas que celebre lo que quiera y como quiera. Y estoy de acuerdo que el Estado es laico (aunque, más que laico, debería ser laico y aconfesional), que los crucifijos en los colegios públicos deberían desaparecer, que la religión no es una asignatura, y mucho menos debe ser evaluable, pero si en estas fechas se celebra la Navidad, las felicitaciones pueden mostrar perfectamente un pesebre con virgen, niño, payo, mula y buey, envíe la felicitación el Congreso, el Senado o el mercado de las Maravillas. Es Navidad, ergo… nace un niño.
Y si no es así, que cambien el nombre de las fiestas y que deje de ser día de vacaciones, que lo trasladen al… no sé, al 17 de marzo, sí, al día de San Patricio, y ya verán como entonces no ocurre nada porque aparezcan estampitas del santo por ahí. Nadie se quejará.
Y luego hay gilipollas que se ofuscan porque hay comercios que abren el día de la Constitución. Si no creen en ella, pues que abran. No hacen daño a nadie. Igual que el niño y el pesebre. Igual que nadie se queja por las banderas que se muestran el día del orgullo gay, o el día de la mujer trabajadora, o el primero de mayo. La cuestión es tocar los cojones con cualquier excusa.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

DON Santiago Carrillo, y ¡Arriba España!

En enero nos dejaba don Manuel Fraga y ahora, en el mismo año, lo hace Santiago Carrillo, personaje al que los periodistas no solíamos colocar el “don” delante quizá por eso de que, al ser de izquierdas, él mismo decía que le sobraba tal distinción.
Pero si algo tenía Santiago Carrillo era don, como nombramiento y como cualidad, porque, al igual que su compañero de parlamento Fraga, los dos eran líderes y ejercían como tales, y no como nos ocurre ahora, que no tenemos líderes casi ni en el fútbol, muchísimo menos en política.
Sin entrar en valoraciones políticas, Carrillo era un tipo que me caía simpático. Y si una vez le dediqué un artículo a Fraga ("Los garbanzos de Manuel Fraga"), este hombre no podía ser menos. No coincidí nunca con él (con Fraga una vez poco antes de su muerte), y me hubiera gustado hacerlo porque lo intuyo como gran conversador, de palabra fácil y agradable por lo que he percibido siempre en las entrevistas que he podido ver en televisión. Pero sobre todo, yo creo que la gran virtud de este hombre era su coherencia, alguien que tenía las ideas todo lo claras que se pueden tener en la vida, y las defendía y promulgaba casi hasta las últimas consecuencias. De hecho, cuando Franco murió y se inició la Transición, el mérito de Carrillo fue impulsar la democracia sin dejarse nada en el tintero como comunista (no cedió a sus pretensiones) y ser lo suficientemente inteligente como para buscar una fórmula flexible que permitiera a Suárez sacarle de la clandestinidad con garantías parta él y los suyos, y sin que los derechones se vieran demasiado amenazados. Para ayudar, además, se remansó en su discurso y no lo radicalizó hasta que las aguas estuvieron calmadas años más tarde. En su caso, él sí que demostró que amaba a su país y que estaba dispuesto a sacrificar algo en pro del resto de españoles, cosa que otros no pueden decir.
Carrillo y Fraga, dos políticos de ideas muy opuestas, pero dos caballeros al fin y al cabo. Descansen en paz... seguramente cada uno por su lado.
Por lo tanto, lo mismo que Suárez, que S.M. Juan Carlos I, que Fraga o que Felipe González, Carrillo hizo una gran labor en servicio a su país, le pese a quien le pese y le guste a quien le guste, porque sin un tipo como él esto hubiera salido de otra manera, y seguramente el resultado sería sensiblemente distinto o, casi seguro, peor.
Por eso, y por ser un caballero en el congreso, merece al menos el título de don (si no más). Ahora saldrán los agitadores y gilipollas de turno hablando de la Guerra Civil, de Paracuellos y de no sé qué más, lo que me confirma que éste es un país con muy poquitas luces, justo las que lucían con habilidad personas como Carrillo. De aquella época de primeros espadas en la política sólo nos queda Adolfo Suárez y Felipe González. El primero se vació por España y ahora, lamentablemente, el pobre ya no tiene nada que decir. El segundo vive la vida y de vez en cuando nos deja una perla como aquella que soltó justamente en el acto en el que coincidí con Fraga, que decía que "rectificar es de sabios, pero hacerlo todos los días es de necios", en clara alusión al mediocre de Zapatero.
Por eso echaremos de menos a gente como ellos, pero hoy, en especial, a una figura de izquierdas que quiso a su país tanto (o más) que otros que llevan a gala como si fuera suya una bandera que es de todos. Por eso, descanse en paz.