Y
vuelta la burra al trigo. En este país no aprendemos. Es la pescadilla
que se muerde la cola. Mala educación, fatal evolución, segura
involución. Un pasito para adelante y dos para atrás. Con Franco esto no
pasaba, y eso que el enano
cabrón nos tuvo en vilo 40 años, pero de nobles es reconocer sus
logros, y alguno que otro tuvo, como regar de pantanos el país y, dentro
de lo que cabe -y salvando las distancias socioculturales y contextuales
de la época-, ofrecer una educación más que digna a los españolitos.
Ni
se me ocurre desenterrar al dictador, ni siquiera tomarlo como ejemplo,
pero creo que ya he defendido en alguna ocasión que jugar de forma
inconsciente con la educación de nuestros niños es hipotecar nuestro
futuro, es dinamitar el único
valor seguro que tenemos. Nuestra industria (¡qué eufemismo!) y
nuestros servicios pueden subsistir o quebrar, pero nuestros niños son
algo tangible para el futuro del país.
Pero no nos damos cuenta. Político tras político,
legislatura tras legislatura, nos empeñamos en enterrarlos
bajos kilos de ideología. Seguimos a vueltas con la educación en “modo
rojos” o en “modo fachas” (aquí vuelve a aparecer el caudillo), a abrir
viejas heridas que no sirven para nada y de las que nuestros niños de
hoy no entienden ni jota.
A
ver, señores (¿señores?) políticos: ¿no se han dado cuenta de que,
después de 37 años de democracia, sus intenciones de perpetuarse en el
poder adoctrinando niños desde las aulas no les ha servido para nada? Lo
único que han conseguido
es un rebaño de borregos tan ineptos e incultos que no son capaces de
comprender –mucho menos de asimilar- sus eslóganes partidistas.
Excepto
algunos casos aislados, las personas de 30 años para abajo pasan de
política, de ideas, de religiones, de todo, y
sólo les interesa una vida fácil, dinero, sexo (ahí también me apunto
yo), y que le de todo hecho aquel que mande -con independencia del color que vista-. Incluso, de hecho, si es posible, que nadie mande. Estamos en una vuelta
desmedida e infundada a los hippies de los 60 (digo
infundada porque entonces había algo por lo que luchar; ahora yo creo
que ni lo saben ni les importa).
Señores:
creo que esos ánimos de adoctrinar niños desde pequeñitos se les ha
vuelto en contra porque algunos se saben poco preparados y sin capacidad
de progresar, y de saberse ya perdidos se van al río sin problemas (o a Alemania a buscar curro de lo que sea).
España
necesita una ley de educación consensuada, hecha por todos los partidos
políticos y fuerzas sociales del país, negociada por todos porque es
para todos, sin religiones ni educaciones para la ciudadanía, con
idiomas, pero idiomas
en serio, con Matemáticas y Lengua a cascoporro, con Historia (que se
nos olvidan las cosas y caemos en los mismos errores), ¡coño!, con
cultura y formación, enseñando a los niños a ser personas, a pensar por, para y
en los demás, a pensar en su futuro y en el los
demás, eso, a pensar y a ser personas capaces.
Ahora
viene otro gilitonto de ministro (esta vez del PP) y vuelve a dar un golpe de mano para engendrar una ley educativa que es la misma mierda que hizo el PSOE en
su día, y el PP en el suyo, y CIU en el suyo… Todos caen en el mismo
error. Por favor, formen
a personas, hagan una ley educativa digna, que nos estamos jugando el
cuello. Pasen de ideologías y de creencias, que ya está más que
demostrado que no sirven para nada. Formen a personas libres y capaces.
Sólo se les pide eso.
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