¿Se ha impuesto la cordura en uno de nuestros políticos?
Aparentemente sí, cuando el señor Fabra ha decidido casi de golpe y porrazo,
sin amagos o advertencias, que cerraba Canal Nou y se desprendía de un lastre
de más de 40 millones al año en algo de dudosa utilidad y que no generaba más
que deuda sin obtener un céntimo de beneficio.
Como periodista que soy, me duele el cierre de cualquier
medio de comunicación sea por corporativismo solidario con mis compañeros de
armas, sea porque un medio de comunicación es un servicio público u ofrece un
entretenimiento a los ciudadanos que la pagamos. Por eso tengo el duelo lisiado,
indeciso, porque quiero creer que es un sacrificio necesario donde unos pocos pagan
la macarrada de un par de ineptos en beneficio de muchos. Pero tampoco puedo
aplaudir demasiado fuerte la decisión de Fabra. ¿Por qué no se cargó la
televisión autonómica cuando impulsó un ERE que sabía condenado al fracaso? Tenía
que haberlo hecho antes, cuando Canal Nou tenía una plantilla de más de 1.500
trabajadores que prestaban sus servicios en dos canales autonómicos (manda
webos; ¡dos!, que además de NOU estaba el “Canal Nou 24 horas”), máxime cuando
hay televisiones privadas a nivel nacional que soportan ellas solitas más del
triple de emisoras (dígase, por ejemplo, el Grupo Antena 3, que tiene la cadena
del mismo nombre, más Neox, Nitro, Nova, La sexta, Xplora… ), y lo hace con una
tercera parte de trabajadores, y encima da unos beneficios del copón de la
vela.
Lo siento por los compañeros periodistas, pero esta cadena, al igual que otras autonómicas, no era un servicio público; sólo daba servicio a unos pocos en beneficio de muchos menos. |
Si Fabra ha sentenciado a muerte a Canal NOU ordenando
su cierre por defunción, no ha sido por esas declaraciones populistas
asegurando condenar la televisión en pro de repartir el dinero entre hospitales
y colegios, que eso está muy requetebién. Lo que no nos ha dicho es que, con
una cuota de audiencia del 4%, que es la que teneí9a desde hacía ya amucho
tiempo la cadena pública, Canal Nou ya le no servía a sus propósitos
partidistas, porque esa televisión, como todas las autonómicas, estaba
politizada, tanto como Telemadrid, Canal Sur o TV3. La emisora ya no era el
altavoz del PP valenciano que tanto necesitaban y querían, ya no llegaba a las
masas lo magnánimo y glorioso de las decisiones de la caterva de políticos que aún
comen, beben y duermen a pierna suelta a costa de los valencianos de a pie.
Por lo tanto, choco las palmas de mis manos por
ese cierre (y que aprendan otros), pero por mi parte, se queda sólo con medio
aplauso.
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