Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



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jueves, 3 de noviembre de 2011

¿UE al rescate de Grecia… o Grecia al rescate de la UE?

Nos faltaba poco por ver, pero está claro que las sorpresas no tienen final. Y lo que me da miedo es que éstas continúen produciéndose sin que nadie tenga posibilidad de preverlas o remediarlas.
Grecia, que no hizo los deberes, que mintió a toda Europa y a todo el mundo, se puso llorona y se rasgó las vestiduras para que el resto del planeta se apiadara de ella. Y entonces, con mejor o peor criterio, Europa se puso manos a la obra y le hizo un regalo en forma de cantidad insultante de millones de euros para que recompusiera su ya inexistente economía. No contentos con eso, hace pocos días su exigencia fue mayor: “que si no tengo para pagar las nóminas a los funcionarios, que nos quedamos con las arcas vacías, que mira que estamos en la zona euro…” Y cuando Europa hace un esfuerzo, vamos, que aquí hasta los pobres de solemnidad del resto de países tienen que aportar dinero para su rescate, van los descarados y dicen que lo someterán a referéndum. Señores ciudadanos griegos: dicho referéndum ya lo hicieron cuando cambiaron de gobierno. El señor Papandreu debe saber que su decisión va a misa y no escudarse en una consulta que no tiene legitimidad. Si no tiene webos, deje el gobierno y tírese de un acantilado como hacían los espartanos. Porque ningún ciudadano griego (o de cualquier otro país) tiene ningún derecho a poner en jaque a todo un continente. Si tu Presidente de Gobierno es un zotes, apechugas y te aguantas (y en España sabemos de esto un rato).
El problema reside que si Grecia se cae ahora de la zona euro, la estabilidad monetaria de la UE quedará en entredicho. Pudiera ser que el resto de países que tienen moneda única nos vayamos lentamente al carajo… por culpa de Grecia. Sí, como el perro del hortelano. Es una especie de chantaje que nadie debe permitir y sobre todo, que se debe castigar. Mientras no existan leyes que pasen factura a todos aquellos personajes públicos que nos llevan por la calle de la amargura, esto no cambiará nunca. Lo peor es que nos han acostumbrado a ser demócratas, pacíficos, borregos y a jugar (y a cagarla) en equipo, todos juntitos, y nadie es capaz de tomar la iniciativa de montar una auténtica revolución que ponga las cosas en su sitio. No pido restaurar la guillotina para (lo mismo que ocurrió con la realeza y la nobleza) afeitarles a la altura del gaznate. Pero a día de hoy nuestra clase política tiene más de nobles que de plebeyos, y deberíamos, entre todos, obligarles a que jueguen con las mismas reglas de juego. Si la cagas, la pagas… y además lo haces con dinero de tu bolsillo o con años de cárcel, y con la inhabilitación pública de por vida.
¿Que cómo se hace esto? Pues no digo yo que montemos barricadas, pero quizá un pellizquito de desobediencia civil nos venga al pelo, porque algún día un politicucho espabilado y desaprensivo se dará cuenta de la oportunidad de pasar a la Historia por sus reformas a favor del pueblo y abanderará la modificación de las leyes, y las cosas algo se arreglarán.
Sé que es una quimera, una ilusión, que tengo el cerebro envenenado, pero las cosas no pueden seguir así. Cada vez que alguien la cague como Papandreu, como Zapatero, como Berlusconi, como cualquier otro, ya sea en el ámbito nacional o local, deberíamos salir a la calle en tromba y pedir su cabeza, su dinero, sus bienes, incluso su recuerdo, y que no se vuelva a saber de él nunca más. Pero es que en casa se está tan calentito...

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