Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



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UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


viernes, 7 de enero de 2011

Gran parida interiorista y trascendental

Año nuevo, ¿vida nueva? Muchos son los propósitos que nos planteamos a principios del nuevo año, propósitos que en la mayoría de los casos se diluyen antes de que termine el primer mes, acaso incluso la primera semana. Dejar de fumar, adelgazar, aprender un idioma, hacer ejercicio… La piscina a la que acudo dos veces por semana desde hace mucho tiempo incrementa todos los años su afluencia de bañistas barrigudos en enero y septiembre (otro mes de nuevas intenciones). La masificación no dura demasiado, ni en mi piscina ni en ninguna otra academia, institución deportiva o similar. Nos cuesta dinero y esfuerzo. Nos vence la pereza, la desesperanza, la frustración, y el gran proyecto queda abandonado generalmente a poco de nacer.
Tengo una idea para que nuestra desilusión sólo nos cueste amor propio y nos ahorre dinero, que en tiempos de crisis no está de sobra. Propongámonos algo que sólo dependa de nosotros mismos, que no haya que pagar por conseguirlo. Ahora, apreciado lector, pensarás que voy a soltar una gran parida interiorista y trascendental: ser mejores personas, ocuparnos más de los seres queridos, regalar sonrisas a diestro y siniestro… Quizá estos propósitos para algunos sean aún más difíciles de conseguir que los anteriores. Basta que te lo propongas para que tu cónyuge, hijo, padre, cuñado, compañero de trabajo o amigo (los tontos puristas pueden cambiar el género a los sustantivos anteriores) te quiten las ganas de hacerlo incluso antes de haberte decidido a comprometerte con un nuevo propósito. Por eso hay que ser consecuentes, realistas, concienzudos, y proponerse sólo aquello que sepamos que, con algo de esfuerzo, podamos conseguir y, además, si es posible, no nos raje la bolsa de la cuenta corriente, que así es más gratificante.
¿Qué cuáles son esas cosas? ¡Ah, ni idea! No lo sé. Que cada uno se busque la suya, que yo bastante tengo con escribir en este blog, que, por cierto, es mi propósito para este 2011: escribir lo que se me pinte, pero hacerlo y con cierta asiduidad.

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