Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


lunes, 30 de mayo de 2011

El campamento de los desorientados

Cierto que la iniciativa de sentarse en el suelo mostrando indignación está muy bien. Cierto que en este país hay muchas cosas que chirrían y que tienen que arreglarse. Incluso cierto que eso de decirlo en voz alta, sin tapujos, es lo más conveniente. Pero creo que, sinceramente, al movimiento del 15-M le está fallando la brújula. Porque desde luego que, desde mi punto de vista, todo esta Spanish Revolution no obedece a una pataleta pueril, sino más bien al hartazgo de una sociedad más o menos madura y paciente que ve cómo aquellos que están en el poder (o en la oposición) se pasan por el forro de sus caprichos lo que está ocurriendo en los hogares de los españoles.
Pero, señores del 15-M, una cosa es estar cansado de que todo funcione mal y nadie quiera arreglarlo, y otra muy distinta es tirar por la calle de en medio y querer que las soluciones sean totales y sean ya. Vivimos en la era de la instantaneidad, pero para esto no funciona.
Se puede hacer un manifiesto con tantas reivindicaciones ―o peticiones, o exigencias…― como a uno le dé la gana. ¿Quieren 1.000? ¡Pues 1.000! Pero lo que no se puede pretender es que todas se apliquen así, sobre la marcha. ¡Coño!, si es que esa misma ansiedad, esa misma improvisación, ha sido la que ha llevado este país a la ruina. Tampoco se puede instalar donde a uno le dé la gana por tiempo indefinido, porque esas ganas de hacerse notar van a perjudicar al movimiento más que beneficiarlo. En Madrid concretamente: ¿por qué no trasladan su campamento a las puertas del Tribunal Constitucional o del Palacio de las Cortes? Ahí es donde radican, nacen y se solucionan muchos de los problemas que plantean, y no en la Puerta del Sol donde unos comerciantes se gana la vida y, gracias a la acampada, pierden dinero.
Por ello, colectivo ―o lo que sea― del 15-M, por favor, reparad vuestros GPS y dirigid vuestras jaimas allá donde tenéis que ser escuchados y vistos, y no ofrezcáis al país una imagen cada vez más difusa de lo que pretendéis. De otra forma, el movimiento se corromperá y todo quedará en agua de borrajas.

viernes, 20 de mayo de 2011

15-M: con mis propios ojos

Sí. Lo he querido ver con mis propios ojos, no porque no me lo crea, sino porque considero que es un hecho histórico de obligada vivencia, máxime cuando uno vive en Madrid (o muy cerca).
He llegado a la Puerta del Sol a las 9 de la noche, cuando apenas quedaban tres horas para que se cumpliera la decisión de la Junta Electoral Central de disolución de la acampada. He llegado en el Metro, donde ya se informaba a los viajeros que no descendieran en la estación de Sol por estar prácticamente intransitable por exceso de público. Así que, desde la Cibeles, me he ido caminando hasta allí, cruzándome con riadas de personas de vuelta, acompañando a riadas de personas de ida.
Al llegar a la plaza me he encontrado comprimido por una marea humana que se desbordaba por las calles adyacentes. Así que, armado de paciencia y de máquina de fotos, me he zambullido en ese mar de personas para tratar de empaparme del ambiente, de la morfología, del sentido y de la finalidad de esta concentración, acampada, reunión o como lo quieran llamar.
Y me he encontrado con gente joven, de entre 17 y 30 años, aunque los había mayores, más mayores, mucho mayores. Y los había de clase muy baja, y de clase muy alta, y de clase media los que más. Y los había muy bien vestidos, y otro no tanto. También los había gritando eslóganes revolucionarios y otros que guardaban silencio. Y unos llevaban pancartas y otros no. Y unos llevaban piercing y otros no. Y cuando me he internado en el centro del campamento me he encontrado una comisión de comunicación, y una asesoría jurídica, y una enfermería, y un comedor, todo bajo unas carpas hechas con lonas de forma precaria pero funcional. Y el servicio de megafonía en todo momento informando a las masas de cómo conseguir comida, de que no beban alcohol –que aquello no es un botellón–, de que sean respetuosos, que no le tengan miedo a la policía, que no se pongan nerviosos y que de allí no se mueven.
En resumen, mucha gente en absoluta normalidad ocupando la Puerta de Sol porque, como han repetido hasta la saciedad, están hasta los güevos. Y son gente normal, como tú, como yo, que quieren cambiar todo lo que está mal, que es mucho, y todo lo que es injusto, que es mucho también, y que les dejen de tomar el pelo, y que basta de paños calientes, y que basta de sopa boba, y que basta de perder el tiempo, que la vida es limitada y sólo se vive una vez, y hay gente que soporta el Sistema y se la está jodiendo (con perdón), y esa gente no hace nada por cambiar, por ayudarles, por conseguir algo mejor PARA TODOS. Están indignados de ser tomados siempre por idiotas, por niñatos, en definitiva, por gilipollas.
Y yo, no sólo los comprendo sino que comparto el fin de lo que quieren, y también parte del fondo. Y mi apoyo es incondicional. Hay tantas cosas que cambiar, que somos todos necesarios, y entre todos podremos llevarlo a cabo, y para eso también es necesario que se unan los políticos. Y si no se unen, que se vayan, porque hay que remover las leyes hasta puntos lógicos, aceptables para todos, beneficiosos para todos. PARA TODOS. Ya lo avisaba yo en otros dos artículos de este mismo Blog (Nueva nobleza para el mismo pueblo: la misma historia de siempre – enero 2010; No más de 8 años, por favor – enero 2010). Es bueno saber que no soy el único que me había dado cuenta, pero mucho mejor es saber que hay jóvenes más valientes que yo dispuestos a poner las cartas sobre la mesa y a jugárselo el todo por el todo, porque quien nada tiene que perder, no le importa jugar a ver quién tiene más aguante y más paciencia. Ojalá que ganen, porque entonces ganaremos todos.
Felicidades.

jueves, 5 de mayo de 2011

Eso no es un portero, que es una puta de cabaret


Dice la canción futbolera: “Eso no es un portero, que es una puta de cabaret”. No, por supuesto que no me refiero a Casillas, sin duda  el mejor portero del mundo de todos los tiempos. Me refiero a todos aquellos que tienen la responsabilidad de que a este país no le metan un gol. Y no sólo lo permiten sino que lo hacen en propia meta. Tanto quejarse del presunto robo en los clásicos Madrid-Barça (ya prometí no hablar más de fútbol y pienso cumplirlo), a ver si ahora la gente se queja de las decisiones del alto tribunal español, que no sólo se pasa por el forro de sus caprichos los motivos documentados de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sino que hacen lo propio con la decisión meditada y estudiada del Tribunal Supremo. A ellos nos les vale el trabajo de cientos de personas que se han jugado la vida para que los españolitos estemos más seguros y que en nuestros gobiernos locales o regionales no haya gentuza que quiera jugar con SUS reglas del juego, soportadas por pseudo-personas que en lugar de reglas tienen armas. Tampoco les vale la panzada de trabajar de los magistrados del Tribunal Supremo. El criterio de profesionales que se han estudiado la documentación pesa menos que las balas y las pastillas de explosivo plástico que hay en los zulos. Estos títeres politizados que dicen saber de leyes más que nadie se convierten en la misma gentuza cuando, en apenas tres horas, tiran por tierra una labor de años y deciden que hay no hay nada que sancionar, los mismos que tardaron 4 años en declarar inconstitucional el Estatuto Catalán. A ver si nos sirve de escarmiento y despolitizamos el Tribunal Constitucional de una santa vez. En cualquier caso, el problema somos nosotros mismos, porque ningún partido va a tener agallas para hacerlo, ni los de ahora, ni los otros ni los de más allá, que tener mano en el TC vale mucho, vale, por ejemplo y en este caso concreto, volver a contar con el apoyo del PNV y sacar adelante los presupuestos de 2012. Seguimos siendo un país de pandereta, nos pese o no.

martes, 3 de mayo de 2011

2 de mayo en Madrid y Afganistán


Bonita coincidencia. Espero que la fecha nos sea igual de propicia que nos fue hace ya un par de siglos, aunque con notables diferencias. Porque en 1808 fue una guerra en toda regla, a pecho descubierto, unos y otros, unos para invadir y otros para liberarse, unos para controlar y otros para dejar de ser controlados. Doscientos siete años más tarde, la cosa cambia y tiene más importancia a nivel gomal (como ahora pasa con todo en este mundo), porque este hombre y sus secuaces nunca ha ido a pecho descubierto ni ha tratado de invadir nada. Se contentaba con hacer volar por los aires todo lo que se le pintaba, edificios, aviones, trenes, cafeterías… lo que fuera con tal de dar pompa y boato a un extremismo trasnochado más digno de épocas medievales que de estos tiempos. Porque estos árabes nos daban sopa con hondas hasta hace poco: eran más civilizados que nosotros, más sabios que nosotros, más educados que nosotros, y tan fanáticos como nosotros. Lo que pasa es que se quedaron anclados en sus mieles y no han evolucionado. Continúan creyendo que el mundo se rige por aquellos avances que lograron cuando el mundo se movía a base de fuerza bruta. Y eso ya se ha acabado (menos para los gobiernos imperialistas, que de una forma muy sutil, inician guerras para quedarse con las riquezas naturales del planeta). Al menos, no pasan a cuchillo a todo el que se cruza en su camino. Tan sólo a unos pocos, que algo es algo. Y siempre con una excusa, lo que me hace pensar… ¿No se inventará Estados Unidos otro Bin Laden dentro de poco para seguir progresando y que los chinos no le coman la merienda?