Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


lunes, 23 de julio de 2012

España se nos quema


España se nos quema, en sentido real y figurado, que a perro flaco todo son pulgas, y después de un invierno seco de lluvias y de dinero, ahora nos viene un verano que se va a llevar por delante lo poco que teníamos. El país se seca por un lado y nos lo queman por otro, y puestos a hacer similitudes, creo que las dos clases de pirómanos tienen el mismo tipo de madre y el mismo padre desconocido. Lo mismo que no hay derecho a que un hijo de puta le meta fuego al monte, tampoco lo hay a que cuatro especuladores le arrimen la cerilla a la Bolsa. Los dos fuegos son difíciles de apagar y se emplean medios costosos que, además, dejan el paisaje devastado durante años.
España se quema, tanto sus campos como su economía, ambas dos muy resecas.
Lo que está claro es que el Mercado ha decidido que España no hace falta ya para nada, no tiene papel protagonista en el concierto mundial, quizá ni siquiera secundario, ni de reparto. No contamos para nada. También es cierto que nos lo hemos ganado a pulso con tanta subvención, tato cheque-bebé, tanto mangante, tanto querer vivir como Alemania cuando no teníamos ni fondos, ni sostén económico para hacerlo.
Ahora sólo queda el rescate total y pasaremos a ser una provincia de Alemania y Francia. Ahora va a empezar lo bueno. Nos vamos a quejar al padre de Domingo Ortega. El Gobierno se queda en la posición fácil de decir que ellos no pueden hacer nada, y el españolito de a pie, es decir, el 97% de la población, va a saber qué es vivir en el Tercer Mundo. Tanto verlo por la televisión sin hacerle ni puto caso y lo vamos a tener 24 horas al día en nuestras propias vidas, sin dinero que gastar, trabajando (el que pueda) 18 horas diarias incluidos sábados, con una educación cada vez peor, con una sanidad llena de carencias, unas infraestructuras que se caerán a cachos hasta desaparecer y unas ilusiones que poco a poco se desvanecerán en nuestra propia miseria y desesperanzas. Lo voy a ilustrar para que me entienda todo el mundo: de aquí en veinte años podemos estar como Cuba bajo el paraguas soviético, sólo que nosotros lo haremos bajo el paraguas de Alemania. La diferencia es que aquí los ladrones de arriba cambian cada 4 años y que los cubanos tienen todos trabajo. Poco más.
Lo que deberíamos hacer es ir a ver a la Merkel y decirle que nos vamos del euro, que hagan de su capa un sayo, que nosotros vamos a hacer de la nuestra una servilleta, pero solos mejor que mal acompañados y, sobre todo, poniendo la cama. No sé si irían por las patas abajo, pero esto ya empeiza a ser como el mus, que vayas o no de farol, hay que despistar al contrincante para ver a dónde está dispuesto a llegar.
Así que no hay más remedio que relajarse y disfrutar, y prepararse para vivir como nos merecemos, como en la España de la posguerra. Pero como tiene un lado positivo, si para el año 2040 la cosa ha cambiado, tendremos batallitas que contar a los nietos, esas que tanto hemos escuchado en boca de nuestros abuelos que nos decían “tú no sabes lo que es pasar hambre…”.

miércoles, 11 de julio de 2012

Javier Solano: vuelve a casa por San Fermín (por favor).


La crisis también afecta a Pamplona y sus fiestas mundialmente conocidas. Pero no sólo son los malos tiempos los que contaminan e infectan todo, sino también los cerebros privilegiados que nos intentan sacar de ellos… o meternos del todo, hasta el fondo, con el pie sobre el cuello con la holgura suficiente para dejarnos respirar pero no permitir que nos quejemos.
Soy un seguidor enfermizo de las Fiestas de San Fermín. Desde que se televisan los encierros, me he sentado cada 7 de julio frente al televisor para ver a los toros correr por las calles de Pamplona. Eso suman ya una pila de años, supongo que más de 25. No sé cuándo apareció mi tocayo Javier Solano tras el micrófono narrando con especial delicadeza y maestría las repeticiones de los encierros, sí, las repeticiones, porque la carrera en directo era sagrada y allí no había voz que hiciera falta para transmitir las emociones de correr con un pitón pegado al culo (con perdón).
Javier lo tenía todo: había sido corredor, vivía en Pamplona, era (es) periodista, conocía cada adoquín de las calles, cada corredor joven o veterano, lo que se siente cuando se escucha resoplar a un morlaco detrás de ti, lo que hay que hacer cuando uno se encuentra en un aprieto o lo que no hay que hacer cuando las circunstancias se vuelven contra ti.
El autor, su hija, Carmela y Javier Solano, hace ya unos añitos en Pamplona, en la Plaza del Ayuntamiento. ¡Ay, Javier! Como "El Almendro", chico, vuelve a TVE por San Fermín...
Javier Solano transmitía ilusiones, emociones, vivencias, arte, cultura, y todo eso a las 8 de la mañana, y jamás nadie le echaba en cara sus comentarios. ¿Por qué? Porque era un profesional como la copa de un pino, un tipo que quería más a los encierros que al dinero (supongo, que eso no lo he hablado con él pero por ahí deben andar los tiros).
Ahora retomo el inicio de este artículo para así cerrar el círculo. TVE hace como 4 ó 5 años decide cerrar su centro regional en Pamplona, o hacer un ERE, o algo similar. Se carga a Javier Solano (y su compañera Carmela, entre otros), y decide suplirlo con gente que, bueno, no pensemos mal, le ponen toda la buena voluntad del mundo, pero dejan bastante que desear. Porque un encierro no es un partido de fútbol, porque hay un sinfín de sinónimos para la palabra toro (morlaco, astado, cornúpeta…), pero estos tipos los llaman como si fueran jugadores de fútbol, por su nombre, sólo se fijan en si la gente se cae o no, retransmiten pero no transmiten, no enseñan, no culturizan… coño, que lo hacen aburrido. El pobre realizador debe de ser también un novatillo (o un enterado, o un desganado), porque no sabe por dónde va la manada, que cuando va hermanada lo tiene fácil, pero en cuanto se rompe ya pintan bastos y no sabe si va con el primero o el último. Y luego, nada más terminar, en lugar de colocar distintas tomas desde distintos ángulos con distintos planos, se preocupan de ponernos buenos “momentos casquería”, los de DYA y Cruz Roja remendando, curando, entablillando, llamando, suturando…
Y todo esto porque no sabemos conservar lo bueno o poner a los mejores donde tienen que estar. Igualito que en política, que de esos polvos ahora nos caen esos lodos… más el 21% de IVA.
Tuve el gran privilegio, honor y fortuna de conocer a Javier Solano hace unos años, y tuve la inmensa suerte de caminar tranquilamente por el recorrido del encierro mientras me comentaba la historia, anécdotas e importancia de una fiesta como San Fermín y una tradición como sus encierros. Eso que me llevo para la tumba, y siento que las nuevas generaciones no puedan disfrutar. Javier: vuelve a casa por Navidad o por San Fermín, pero vuelve.

          PD: he escrito este artículo a toda prisa, como si corriera Estafeta arriba, dejándome llevar de la emoción que el nombre de Javier Solano me produce. Va por él… y por su necesaria vuelta. Perdonad los errores.

Actualización:  consultadas fuentes cercanas a Javier Solano, el periodista y magnífico narrador sigue perteneciendo a TVE, es decir, que ni fue despedido ni fue víctima de un ERE ni nada por el estilo. Tengo pendiente contactar con él para ampliar información bajo su consentimiento. (Madrid, 16 de julio de 2012).

domingo, 1 de julio de 2012

¡Ave, Selección! Morituri te salutant

Por supuesto que me emociono. ¡Como para no estarlo! Tengo la suerte de estar viviendo un momento histórico  y lo aprecio. Sé que hay personas que han pasado por esta vida sin ver a la selección española en lo más alto del pódium y, además, haciéndolo con autoridad, con una descarada, incontestable y soberbia autoridad, con el planeta rindiéndose a sus pies, a los pies de Iniesta, de Xavi, de Silva o de Xavi Alonso, o a las manos de Casillas, que no sólo sabe parar balones sino también levantar copas, que empieza a ser una sana costumbre. Hay que estar muy orgullosos de una selección que se acopla como un verdadero equipo, y mucho más de un seleccionador que consigue que futbolistas del Real Madrid, Barça, Bilbao, Manchester… sean una piña y olviden sus orígenes y su historia de club.
Ni en las fantasías de los más imaginativos estaba ayer pasar por encima de Italia en una final de una Eurocopa con cuatro chicharros, a cada cual más bello. Tal cantidad de goles nunca se había dado en una final de una competición internacional, y además hacerlo contra la azzurra era inimaginable. Pero ayer fue realidad, y además contra una selección que suele ser apática, marrullera, el paradigma del antifútbol, uno de esos equipos que cuando te ganan te cabreas el doble porque no le han dado una patada a un bote en 90 minutos y de repente, en un descuido, van y te cuelan un gol de churro y te dejan con cara de idiota.
Ayer hicimos justicia con nuestra selección, con el resultado, con ganarle a Italia poniéndola en su sitio, con la Merkel, que ya puede ir dando gracias al cielo que Alemania no pasara a la final porque, de haberlo hecho, la trinca España en la final y le habría hecho media docena sin despeinarse.
La pena es que toda Europa, a excepción de Italia, debe estar pensando que ya que nos morimos de hambre, al menos tengamos de vez en cuando una alegría. Y yo les comprendo y casi me uno a sus pensamientos, porque está claro que en fútbol, a día de hoy, no nos tose nadie, pero en lo que a economía se refiere, nos han echado en primera ronda o, lo que es aún peor, sin clasificarnos para la fase final. Al menos, mal de muchos es consuelo de tontos: Italia está como nosotros, o aún peor, que tiene cuatro chicharros colgando de sus perendengues.
Disfrutemos el momento, que este tipo de alegrías se dan de muy tarde en tarde, y mañana volveremos a mirar al país con los webos en la mano. ¡Ave, selección! ¡Los que van a morir, te saludan!