Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



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jueves, 18 de agosto de 2011

Los impuestos y el Papa

La visita del Papa desde hace días suscita opiniones, unas a favor y otras en contra. Yo no voy a entrar en ese cruce de pareceres porque no creo que sean de interés para nadie, pero sí quiero comentar una que acabo de escuchar por televisión y me ha hecho mucha gracia, gracia… por no ponerme a llorar.
Resulta que hoy miércoles había convocada una manifestación laica en contra de la visita del Papa. Bajo varios lemas, unos acertados, otros poco acertados, quizá el más repetido haya sido. “No con mis impuestos”. Una reportera de televisión preguntaba a un manifestante por la finalidad de la manifestación, y un chico joven, bien vestido, bien peinado, con gafas de marca, de unos veintimuchos años, decía que en un Estado aconfesional no se podía sufragar la visita del Papa con sus impuestos, que debían ser los feligreses quienes lo pagaran de su bolsillo. 
El chico, desde mi punto de vista, se equivoca de punta a punta. Me parece muy bien que no se sufrague con dinero público el mogollón que se ha formado con la visita de un líder religioso, que, al fin y al cabo, eso es el Papa. Pero es que ese señor también es un Jefe de Estado, y por las mismas nos toca apechugar con su visita como con la de cualquier otro dirigente. Pero claro, es que no es sólo la visista, sino que trae consigo las Jornadas Mundiales de la Juventud. Y ahí la cosa cambia. Parte es visita y parte Jornadas. La visita nos toca pagarla, pero las Jornadas…
Por otra parte, habría que decirle a este chico (y a los que piensan como él), que me parece muy bien que los impuestos sean para otra cosa que para montar la mundial con el Papa, pero los impuestos tampoco tendrían que estar destinados para sufragar los gastos de sindicatos que no sirven para nada, sindicatos que deberían sobrevivir con las cuotas de sus abonados. Y lo mismo exactamente habría que hacer con los partidos políticos; que lo paguen sus militantes.
Así que ni Papa, ni sindicatos, ni partidos políticos, ni día de la mujer, ni día del orgullo gay, ni día del trabajador, ni día de la madre que la parió. Efectivamente, ninguna de estas cosas con mis impuestos.

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