Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



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martes, 13 de marzo de 2012

Casillas sólo en el fútbol

Alguien ha propuesto por ahí que, igual que se hace con la Iglesia Católica, en la declaración del IRPF haya una casilla donde cada contribuyente ceda un porcentaje de los impuestos que paga los sindicatos. Y, la verdad, no me parece mal, porque si bien hay gente que cada día alza la voz y se rasga las vestiduras reafirmándose en la idea que a la Iglesia no hay que darle ni un duro, que con sus impuestos no quiere celebraciones de ningún tipo, que el Papa se vaya por donde ha venido y se quede en su casa tranquilo, sin gastar y sin haceros gastar (y en parte estoy muy de acuerdo), yo –por mi parte- soy de la idea de que tanto sindicatos como partidos políticos deberían sacarse los cuartos por su cuenta y riesgo, y no por decreto ley a cargo de los presupuestos generales del Estado. Y, desde luego, muchísimo menos si esos fondos sirven para tenerlos callados cuando les conviene y salir a la calle furibundos cuando la mano que les da de comer se cierra un poco. Luego ocurre lo que se nos viene encima, que es el propio Estado quien, en cierta manera, está financiando la próxima huela general de unos tipos ineptos, cobardes, teledirigidos, vamos, unos sinvergüenzas.

En cualquier caso, lo de la casillita en la declaración del IRPF no me parece buena idea, no desde luego para cuestiones políticas o religiosas, es decir, cuestiones muy personales. Si esto cuaja dentro de poco habrá un rosario de casillas preguntándonos si queremos contribuir con nuestros impuestos a la financiación de la Iglesia, los sindicatos, los partidos políticos, las asociaciones de mujeres maltratadas, los clubes de fútbol (que van a la quiebra irremediable la mayoría), las copas en los tugurios de alterne, los preservativos para el control de la natalidad…
Desde luego, la medida no puede ser más democrática: millones de personas dirigiendo una parte de sus impuestos hacia uno u otro lado. Pero nos equivocamos. Esta tontería se la ha inventado alguien que practica el divide y vencerás, el distrae para que nadie se dé cuenta de lo que hacemos. Estas casillas, de existir, deberían estar muy restringidas a cuestiones puramente sociales, como el famoso y ya olvidado 0,7%, la condonación de deudas a países que jamás nos podrán pagar y que, gracias a los intereses que les cobramos, se hunden cada vez más. La opción de marcar o dejar de marcar tendría que afectar a algo de interés general y que nos toque a casi todos. Porque la Iglesia cada vez se queda más sola (porque se lo gana a pulso) y hemos visto, comprobado, que los sindicatos y partidos políticos, aparte de no representar ni a la mitad de los ciudadanos y trabajadores, sólo buscan comodidad, financiación fácil, gratuita, y beneficio propio. Con lo cual, que se olviden de la casilla y que comiencen a pasar el cepillo por las casas, impriman papeletas, lo que quieran para buscarse clientela fiel a la que sacarle los cuartos, y quizá a partir de ese momento se pongan a trabajar al menos en pro de sus “socios” y “patrocinadores”, a todos aquellos a los que se deben.
Casillas, sólo en el fútbol.

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