Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


viernes, 28 de junio de 2019

¿Por qué no vas a Feria del Libro?


Muchas veces peco de envidia, pero no de la sana, sino de la otra, de la pica. Por ejemplo, cuando paseo por la Feria del Libro de Madrid termino tintado de verde. Entonces me esgrimo argumentos tan reales como poco convincentes. Me digo que estar sentado en una silla durante dos horas es aburrido, que lo sé porque he estado en otras ferias y sé de lo que hablo. Pero claro, en aquellas ocasiones apenas vendí una docena de ejemplares y charlé un ratito con los lectores. Vamos, que lo pasé bien. Entonces, mientras camino por el Paseo de Coches, me contraataco pasándome la mano por el lomo y tratando de desengañarme,  asegurándome que pocos son los que están el par de horas íntegras dale que te pego, que los hay que mendigan un lugar en una caseta con tal de estar allí y publicitarlo a bombo y platillo en redes sociales aunque no firmen un solo ejemplar. Lo dicho: envidia.
Nunca he firmado en la Feria del Libro de Madrid. No me avergüenza decirlo. Ya sé que voy acumulando algún que otro mérito, que, durante las dos semanas y pico que dura el evento, hay escritores que tienen la suerte de sentarse en una caseta, otros muchos que, sin serlo, ocupan una silla, y algunos maestros que se lo tienen más que merecido. Ya, será lo que sea, pero ahí están, y eso, aparte de dar cierto caché, es bonito. No sé si me pasa como a la zorra y las uvas, pero siempre me he dicho que estaré allí cuando toque, cuando sea el momento, cuando alguien me llame por quien soy y lo que he hecho.
Mi profesión y mi pasión es escribir. Desde que me decidí a tomármelo muy en serio, hace ya 27 años, no he parado de trabajar, de esforzarme por contar historias cada vez mejor, casi tres décadas de escuchar críticas y tomar en cuenta las que valen la pena aunque escuezan, de echarle horas y horas para que el resultado sea redondo, para que a la novela no se le vean las costuras. Es mucho tiempo siendo fiel a mí mismo, a sucumbir bajo mis propios reproches y exigencias, a aburrirme escuchándome decir “´tú lo sabes hacer mejor”. Cada día que pasa me cuesta más. Y aunque no cejo en mi empeño, cada página que escribo siempre termina con el mismo pensamiento: “¿Realmente merece la pena? Total, si lo dejo, si claudico, nadie me lo va a reprochar”. Es justamente entonces, en ese instante que empiezo a plantearme seriamente dejarlo todo de lado, cuando aparece el hada madrina y me trae un regalito en forma de finalista de un premio, de uno de los grandes si no el que más. ¡Toma, el Nadal! Y eso me da combustible para unas cuantas páginas más.


¿Cuándo me tocará ir? Lo mismo, nunca.

En mi caso, escribir es un verdadero placer que disfruto sudando, preocupándome porque todo salga bien, que no se me desmande la estructura, el ritmo, los personajes, el narrador, el “estilo”, el vocabulario, los diálogos, las descripciones, la trama, los giros, el principio, el final…, Menos mal que, a diferencia del director de una película, aquí solo hay que coordinarse con uno mismo, abroncarse a uno mismo, exigirse a uno mismo, ser el peor peón y el peor jefe que pueda tener uno mismo. También es cierto que, si uno alcanza a vislumbrar la cima como me ocurrió el pasado 6 de enero, es igualmente gracias a uno mismo.
Lo llevo en la sangre y no puedo evitarlo, como le pasa al violador, al pederasta, al asesino, al maníaco, al político vocacional… No hago nada en absoluto por evitarlo. Si acaso algún día lo merezco, estaré en la feria del Libro de Madrid porque así lo ha querido alguien (o muchos “alguienes”, es decir, los lectores). Y lo disfrutaré aunque no firme un solo ejemplar. Si ahora no voy es porque nadie me llama, y eso será porque aún no lo merezco por mucho que me lo siga currando encerrado en mi buhardilla. Únicamente eso.
Si no nos vemos antes, feliz verano a todos.




2 comentarios:

  1. Estimado amigo. Eres grande pero mejor no te plantees nada solo disfruta. Te diré una frase de un amigo funcionario de cárceles, los reos reincinciden porque es lo que saben hacer mejor y lo que sea ya sonará. Un abraxo

    ResponderEliminar
  2. Gracias! Me gusta lo de reincidente. Sí, eso es lo que soy, un reincidente, o como diría una de mis tías, "el que tiene un vicio, si no lo hace en la puerta lo hace en el quicio". Abrz.

    ResponderEliminar