Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


martes, 6 de septiembre de 2011

Me encanta tener cara de gilipollas

Me encanta tener cara de gilipollas. Es algo que, por mucho que pase el tiempo y mi cara llegue a mutar, no cambia. Y lo mejor no es poseer (sin querer) este rictus de retrasado, este timbre de voz que ni chicha ni limoná, este tono que da grima. Lo mejor es ver cómo los verdaderos idiotas se tragan las apariencias con zapatos y todo. Porque no hay mayor tonto que aquel que se cree por encima de los demás sin tener capacidad para hacerlo.
Hoy he merendado una noticia que me sigue corroborando que lo mejor es hacerse pasar por bobo para conocer quién es verdaderamente más bobo que tú. Y es que hace un par de meses traté de comprar un libro por Internet, un ejemplar de una novela a punto de ser descatalogada de la que, según mis noticias, la edición estaba agotada y tan sólo unos cuanto libros sobrantes habían sido liquidados a precio de saldo. Pues esta tarde se me ha atragantado la mermelada en el gaznate, porque he recibido la comunicación de la web de una cadena bien famosa, con tiendas por media España, informándome que volvían a tener ejemplares disponibles. ¿Se ha reeditado el libro? ¿Una segunda edición? ¿O es que han rebuscado en la basura y han encontrado algún ejemplar perdido por allí? ¿Tantos como 10 ejemplares? Porque, puestos a pedir, yo me he explayado y he pedido una decenita, contando que esta cadena los compra bajo demanda, es decir, que jamás habría podido encontrar en sus sótanos más de uno o dos.
La duda que me asalta, lo que me corroe las entrañas de emoción, es saber si el autor de esta novela se ha enterado de que, o bien la editorial ha decidido lanzar una nueva edición, o que su libro pulula por los sótanos de tal tienda como Pedro por su casa, o que se reproduce y se reimprime (¿eh dicho reimprime?) sin control y, claro está, sin que el autor cobre sus derechos.
Mientras el pobre diablo resuelve su duda, yo le pego a la mermelada ciscándome sobre todos aquellos que me consideran un gilipollas.
Bendición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario