Fotografía: Atardecer en Serengeti

Fotografía: Atardecer en el Parque Nacional del Serengeti, Tanzania; © Fco. Javier Oliva, 2014



ESPACIO

UN ESPACIO PARA CONTAR LO QUE ME DA LA GANA


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Onanismo social


Pues no va el otro día un tuercebotas y me dice que lo único que hago es darle caña a la derecha desde este blog. Me callé mi opinión por no mandarle a tomar pomada y a comprarse unas gafas, porque gracias a Dios, al diablo (o a otro tipo de ente supraespiritual), este blog se llama “Lo que se me pinta” porque justamente escribo cuando, como, a favor o en contra de quien se me da la gana. Y en mi caso, me importa un carajo el tinte político, social, religioso e incluso futbolístico de cada uno.
Afirmaciones tan livianas y banales como la de este gilitonto me hacen recordar otra que se me pegó a la neurona hace más de 35 años: “Lo que pasa es que hay gente que no quiere comprender”. Esta frase (o una muy parecida porque la escribo de memoria) era la última que soltaba un jovencísimo Paul Newman antes de que un policía le volara la cabeza en “La leyenda del indomable”. Aquí la gente se dedica a tocar los webos a sus semejantes simplemente por darse el placer de chincharles y ya de paso, si hay suerte, les desaniman y les  crean algo de desprestigio, pues tanto mejor. Porque es ésta una suerte de onanismo que no cansa, no hace sudar y no necesita de aparatos tecnológicos, ni siquiera de imaginación: tú te plantas delante de cualquiera y le dices que lo que haces es una mierda, o lo descalificas, o simplemente te ríes de él. No hace falta tener un motivo. Es el joder por joder, que como no tienen otra cosa que hacer y además son unos ineptos, se dedican a aplastar a aquellos que tienen alguna ilusión en la vida, o tienen imaginación, o una inquietud, no sé, algo que les impulsa a salirse un poquito del redil. Pero estos, que además son mayoría, son como el perro del hortelano, sólo que además tratan de morder. Pues conmigo la dentellada se la dan al aire.


No se crea, estimado lector, que esto únicamente nos pasa a los que de una u otra forma somos unos desaprensivos y nos da por airear nuestras opiniones a través de un blog o de una novela; que esto puede sucederle a usted mismo, que estos imbéciles extienden sus dominios a todos lados, habitan en todos los climas y además adoptan todo tipo de formas. Son gente que no tiene otra cosa en la que ocupar su tiempo y se dedica a tocar las narices, como ese de compañero de la oficina que sólo vive para que tú no hagas nada que pueda dejar su ineptitud y vagancia en evidencia, o ese vecino que se dedica a reírse de tu jardín que con tanto esmero cuidas cuando el suyo es un patatal, o ese cuñado que no sabe hacer la o con un canuto pero se mete con las que haces tú porque no son exactamente redondas, o el espectador que abuchea lo que él jamás podría haber conseguido él ni aun viviendo mil vidas.
Y en España somos muy de eso, de jodernos los unos a los otros desprestigiando lo que tenemos, que ahora resulta (por ejemplo) que Fernando Alonso no es tan bueno, ni Nadal era lo que se pensaba, o que tampoco es tan maravilloso lo que hacen, o que están dopados, o que los demás contrincantes a los que se enfrentaban son de un nivel muy inferior. Esto último da para otro artículo, el de la envidia nacional española que nos tenemos a nosotros mismos, pero hoy me quedo simplemente con las ganas que tiene de joder el personal. Como diría el maestro F. Fernán Gómez, ¡váyase usted a la mierda! ¡A la mierda!, que yo me fumo un puro y tan ricamente.



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